miércoles, 29 de abril de 2009

EL PRESIDENTE DE LA ASAMBLEA LEGISLATIVA

Perspectiva
Columna de los miércoles en La Prensa Libre
Por Federico Malavassi

El Presidente de la Asamblea Legislativa tiene funciones muy importantes. La Asamblea, luego del pueblo, tiene prelación como Poder de la República.

Me gusta el recurso de comparar a la Asamblea con la Junta Directiva (el Pueblo es la Asamblea de Accionistas) y al Presidente de la República con Gerente. Obviamente, las normas generales son dictadas por la Junta y el Gerente debe realizar su función de conformidad con ellas (por supuesto que no es al revés).

Por tal razón resulta tan chocante y con roces de inconstitucionalidad la intromisión del Ejecutivo en la elección del Presidente del Legislativo. Tras el fracaso del Ejecutivo con sus Vicepresidentes (ambos renunciaron) y tras fallar en el intento de hacer creer a la gente que podía prescindirse de las previsiones y preceptos constitucionales al respecto, se ha tenido que reconocer que en las ausencias temporales del Presidente de la República, habrá de ser sustituido por el Presidente de la Asamblea Legislativa.

Tal disposición, contenida en el segundo párrafo del artículo 135 de la Constitución Política, es muy clara al indicar que “Cuando ninguno de los Vicepresidentes pueda llenar las faltas temporales o definitivas del Presidente, ocupará el cargo el Presidente de la Asamblea Legislativa.”

Ello podría hacer pensar que Casa Presidencial tiene el derecho de influir en la elección (por aquello de que en ella se define el sustituto del titular), sin embargo, lo cierto es que históricamente la situación no sería nueva, pues antes de la actual Constitución era el Congreso quien definía quiénes eran los designados (sustitutos) a la Presidencia de la República.

En todo caso, la ausencia de Vicepresidentes es una situación, defecto o efecto de la praxis del actual Presidente (impulsos políticos, confusión de Vicepresidentes con Ministerios o culpa in eligendo) y lo apropiado sería que Casa Presidencial se conforme con la decisión legislativa.

A final de cuentas no parece muy republicano tanta intromisión. Al cabo de los cabildeos sale lastimada la figura del designado, quien parece más bien impuesto desde Zapote que originado en la preferencia, gusto o decisión de sus pares. La terminación de las faenas retrata una Casa Presidencial más bien contaminando (por vías ajenas a la Constitución: convocatoria, proyectos) la elección diputadil.

Asimismo, entonces parecen proyectarse dos cuestiones más: la falta de independencia y caracterización de los diputados y el exceso de celo de Casa Presidencial. Ello da para mucho más …

"(...) Artículo 135.- Habrá dos Vicepresidentes de la República, quienes reemplazarán en su ausencia absoluta al Presidente, por el orden de su nominación. En sus ausencias temporales, el Presidente podrá llamar a cualquiera de los Vicepresidentes para que lo sustituya.
Cuando ninguno de los Vicepresidentes pueda llenar las faltas temporales o definitivas del Presidente, ocupará el cargo el Presidente de la Asamblea Legislativa. (...)"

miércoles, 22 de abril de 2009

“¿A QUIÉN LE TENGO QUE PAGAR?...”

Perspectiva
Columna de los miércoles en La Prensa Libre

Por Federico Malavassi

En la declaración de Walter Reiche (Valter Reije) en el juicio por el tema del préstamo finlandés y la CCSS, apareció esta expresión. Confiesa Reiche que, desesperado ante el temor de que se perdiera el proyecto, le dijo a Eliseo Vargas “¿a quién le tengo que pagar?”.

No he podido alejar esta expresión de mis pensamientos. ¿Cuántas veces un empresario, un comerciante o un ciudadano han pensado o expresado lo mismo?

¿A quién le tengo que pagar para que salga un permiso? ¿A quién le tengo que pagar para poder terminar una construcción? ¿A quién le tengo que pagar para que mi actividad pueda seguir adelante? ¿A quién le tengo que pagar para poder terminar una inscripción? ¿A quién le tengo que pagar para poder producir? ¿ A quién le tengo que pagar para poder vender? ¿A quién le tengo que pagar para poder trabajar? ¿A quién le tengo que pagar para poder enseñar? ¿A quién le tengo que pagar para poder pasar? ¿A quién le tengo que pagar para poder …?

La maraña legal que atosiga a nuestra sociedad es el caldo de cultivo de la corrupción. De nada sirve que exista una la Ley de Protección al Ciudadano del Exceso de Requisitos y Trámites Administrativos (Ley No. 8220 de 9 de marzo de 2002), lo cierto es que la mayor parte de la gente está a la buena de Dios en este asunto.

Y aunque hay algunas administraciones públicas cuya especialidad es inscribir o finiquitar los trámites (vg. el Registro Nacional), lo cierto es que hay otras cuya especialidad pareciera ser que el ciudadano no haga nada, absolutamente nada.

El peso o tamaño del Estado costarricense (Administración central y descentralizada) es económicamente importante y determinante. Ha realizado y realiza algunas actividades de manera monopolística. De tal forma, muchas veces y en bastantes campos, la única manera de hacer cosas o actividad económica es pasando (tramitología) por las oficinas públicas: ventas, compras, servicios, permisos, autorizaciones, inscripciones, más permisos, constataciones, certificaciones, más permisos, contrataciones, registros, licencias, documentación y más permisos).

Obviamente, cuando nuestras actividades dependen de un permiso o de la decisión de un funcionario público, el tiempo desespera. A veces los inversionistas apuran, en otras ocasiones los intereses se suman hasta ahogar a la gente, en otros casos sencillamente la oportunidad se pierde. ¿A quién le tengo que pagar?

Algunas áreas (ambiente) no tienen silencio positivo (sencillamente, como dice la gente, habrá que esperar a que el santo baje el dedo). En ciertas oficinas hay escasez (“Vea –dice el funcionario-, su expediente está de número 60 bajo esta pila de asuntos que están antes”, o “Ni siquiera tenemos carro para ir a hacer la inspección”, o “En esta oficina no tenemos ni viáticos para ir a hacer la diligencia”).

¿A quién le tengo que pagar?

miércoles, 15 de abril de 2009

POBRE PUEBLO …

Perspectiva
Columna de los miércoles en La Prensa Libre
Por Federico Malavassi

En la llamada “comisión del ICE”, constituida durante el período constitucional anterior (2002-2006) llamé la atención sobre el hecho de que los hasta entonces casi 10 millones de dólares -que Alcatel había pagado a directores y políticos con ocasión de una contratación del ICE- en realidad los estaba pagando el pueblo, el usuario del monopolio.

El entonces Presidente Ejecutivo del monopolio fue reactivo y porfiado, aseguró que eso no era así, que lo había pagado Alcatel. ¡Que mollera más dura y que actitud más difícil! Esa no es manera de defender al pueblo.

Acabo de oír la declaración de Walter Reiche en el juicio por el préstamo finlandés y la CCSS. Me duele pensar cómo se tramitó el asunto en la Asamblea, tiempo récord. Un solo legislador (Otto Guevara, libertario) se abstuvo de aprobarlo. Imagino la presión y los argumentos para sacar adelante la cosa: siempre tildan a quien se opone de antipatriótico, filibustero y negativo. No es de extrañar que quienes aprobaron el préstamo finlandés fueron los mismos que “investigaron” el préstamo español (también CCSS) y concluyeran que no había nada anómalo.

Si alguno propone investigar, indagar o buscar otras opciones, terminarán colgándole etiquetas: enemigo del pueblo, contrario a las conquistas sociales, saboteador de la medicina popular y otras iguales.

Recuerdo cómo me introduje al Hospital San Juan de Dios un domingo por la noche. Dos médicos me esperaban para explicarme y demostrarme cómo se había dado la “sobredósis de equipo”. Me indignó constatar la mala calidad del equipo, la mala administración de los préstamos citados (español y finlandés) y cómo nuevas gerencias y alta administración de la CCSS hizo de lado la opinión de los médicos que estaban a cargo de las responsabilidades. De paso se percata uno de que hay una pésima administración de necesidades (exceso de equipo pero falta de quirófanos, equipo dónde no se necesita, más equipo del mismo, falta de atención a los requerimientos). El caso de una cámara bariática que ha sido usada como depósitos de trapos de piso es ejemplo de estos asuntos.

Pero el caso es que había plata de por medio, hubo carreras diputadiles, hay jerarcas dispuestos a tapar todo y, además, hay otros diputados dispuestos a investigar y concluir que no ha pasado nada.

Al final, el pueblo siempre paga. Paga las mordidas, paga las comisiones, paga los sueldos de quienes le sirven mal, paga la estulticia del monopolio, paga las investigaciones que no llevan a nada, paga el sobreprecio que conlleva una contratación con comisiones …

¿Cuántas veces habrá que repetir estas cosas para que tomemos conciencia? De mi parte, prometo hacerlo las veces que resulte necesario. No hay que olvidar. Si no hay recuerdo, pronto se repetirán los negocios y las comisiones.

Abel Pacheco me insultó públicamente y con abuso de la cadena estatal porque no lo dejé hacer su capricho. Cuando recuerdo que se logró parar el paquetón fiscal siento que valió la pena soportar los insultos de Pacheco. Cuando recuerdo que él estuvo en la Asamblea que votó el préstamo finlandés, siento que sus palabras no me ofenden. Cuando recuerdo que él estuvo entre quienes investigaron el préstamo español, siento que sus insultos no me llegan …

miércoles, 8 de abril de 2009

JUAN SANTAMARIA

Perspectiva
Columna de los miércoles en La Prensa Libre

Por Federico Malavassi

Héroe Nacional, Juan Santamaría simboliza la lucha contra el invasor y la defensa del suelo patrio. Ofrendó su vida en una acción muy distinguida.

También ha sido ejemplo de valor y humildad. De origen sencillo y pobre, nuestra tradición lo pone en la vía de un simple tambor (del ejército nacional) que se convierte en el héroe nacional.

Algunos han querido negar su existencia, su gesta y el significado de la misma. Otros han querido negar detalles y trascendencia de la acción.

En su momento se abrió un proceso ad perpetuam rei memoria en el cual quedaron testimonios y datos suficientes al respecto.

La figura del joven héroe portando la tea es casi parte de la mitología patria. Cada cual lo imaginará según quiera, pues los monumentos son también símbolos y no copia de la realidad. En alguno, al parecer, el modelo fue un haitiano con un uniforme francés. En otro parece más bien un peón con su chonete.

El fuego ha sido símbolo de muchas cosas: conocimiento, luz, calor, vida, pasión y corazón. En el caso, a pesar de que el fuego se usó como arma, como instrumento de destrucción, resulta no obstante hermoso pensar el joven héroe alumbrando con su tea, guiando a una Patria entera, abriendo camino en la oscuridad.

Se ha documentado que, en la hora de la decisión, su única preocupación fue su madre. Otra hermosa página para la historia nacional, para los símbolos patrios y para la guía que se busca de un héroe. Amor y responsabilidad, todo ello representado en la humilde mujer que lo trajo a la vida.

Algunos de los hechos de la Campaña Nacional y su contexto no terminan de digerirse aún. Las luchas políticas que se originaron a partir de entonces, el tema de los empréstitos y, asimismo, los intereses en la vía del Tránsito.

Sin embargo, es notorio que tal experiencia ha dado a Costa Rica un sentido de Nación, ha sido una impronta en la vida nacional, ha dado conciencia de existencia y ha formado o madurado algunos valores y sentimientos nacionales. Quizás no todos los actores y circunstancias han trascendido en la dimensión adecuada, por responsabilidad propia o ajena.

Pero la gesta de Juan Santamaría es esencia de lo más importante de toda la Campaña Nacional, símbolo de los valores más apreciados (valor, humildad y amor a la madre) y un acto que no debemos olvidar, como tampoco a la persona que lo realizó.

El próximo sábado es 11 de abril, día del Héroe Nacional Juan Santamaría.

miércoles, 1 de abril de 2009

¡DESPERTÉMONOS!

Perspectiva
Columna de los miércoles en La Prensa Libre
Por Federico Malavassi

En la madrugada del pasado jueves 26 de marzo un grupo de “pistoleros” asaltó el edificio de la Fiscalía de Golfito y se alzó con 320 kilogramos de cocaína. Esa droga se hallaba en la Fiscalía por una captura de droga y lancha que se había tenido lugar del domingo pasado (22 de marzo).

De nada sirvió la vigilancia externa e interna que había en el edificio. Los vigilantes fueron reducidos e inmovilizados. Ahora surgen mil preguntas relativas a los deberes de la Fiscalía, la falta de asistencia para vigilar la droga, la supuesta facilidad con que entraron y encontraron y sobre la posibilidad de un gato casero.

Sin embargo, lo principal es tomar conciencia de cómo se encuentra en nuestro país el asunto: hay tráfico internacional y tráfico local, hay redes que se juntan y una gran actividad al respecto. En algunos barrios se destacan el “par de tennis” guindando del tendido eléctrico. Se dice que ello alerta sobre la presencia de traficantes, territorios y luchas por supremacía. Ello no es sino el menudeo de la actividad. Cuando circulamos por algunos barrios de San José en la noche (por el antiguo Cine Líbano, un par de cuadras al sur del Parque Central, en los bajos de la antigua Peni, por poner unos muy pocos ejemplos) es común observar los destellos, los consumidores que se tapan con la camiseta, la capucha o la “sueta” para encender su pipeta y su piedra.

En algunos países cercanos la cuestión es mucho más seria. En algunas partes de México se libra una verdadera guerra. Hace poco la noticia daba cuenta de manifestantes que protestaban por la intervención del ejército en la lucha. Al ser interrogados manifestaron que no tenían experiencia en tal intervención, que sencillamente las habían pagado para protestar. El recuento en toda el área es para espantarse.

Por eso, para efectos de tomar conciencia, no importa si se trata de gato casero, de un comando extranjero o de otra cosa: la verdad pura y simple es que de nada sirvió la captura y que ha sido una gran falta de respeto a los órganos jurisdiccionales y a las autoridades del país.

Por eso surge la pregunta de ¿quién manda en nuestro país? Y por supuesto que también aparecen las interrogantes acerca de la seguridad general, porque si eso pasó en una dependencia pública, dedicada al tema de la justicia penal, supuestamente resguardada por autoridades públicas ¿cómo nos puede ir a los demás?

Así que … ¡a pellizcarse y despertarse! No se trata de entrar en histerias ni cacerías de brujas, simplemente de tomar conciencia de cómo están las cosas.

No importa si la banda que asaltó la Fiscalía era de extranjeros o nacionales, con gato casero o no, ni cómo consiguió la información. El hecho real es que les resultó fácil y lo pudieron hacer.