miércoles, 24 de febrero de 2010

¿COLAPSO O EMBUDO?

Perspectiva
Columna de los miércoles en La Prensa Libre

Por Federico Malavassi

Cada vez que se ventilaba en el plenario legislativo algún gran defecto de la acción pública, el compañero Guido Vega reconocía públicamente que “el Estado costarricense había colapsado”.

El triste tema de los puentes de nuestras carreteras podría servir de evidencia y prueba de tal aserto. Sin embargo, habría que preguntarse por las causas y, asimismo, porqué el asunto resulta tan pesado para los ciudadanos y tan liviano para quienes están adentro.

Así es: a pesar del oneroso pago de impuestos (importación de vehículos, ruedo y combustibles) las calles no alcanzan y el gobierno tiene, como única ocurrencia, la restricción vehicular. Los de adentro tienen ahora motivo para decir que hicieron algo (en realidad no mejoraron nada), pretexto para limitar la libertad de los demás, excusa para llenar a los usuarios de infracciones y su vida no se ve limitada. Los de afuera, en cambio, vivimos en el susto y la necesidad, si estamos dentro del perímetro la medida equivale a inmovilidad y nuestra vida está más estrujada.

Los puentes no se arreglan porque hay conflictos entre CONAVI, el MOPT, las contrataciones y las comisiones. Pero no se les atrasa un sueldo ni se complican la vida. Los de afuera, al revés, hasta la muerte nos llega por la inutilidad pública.

Con el tema de las células madre es igual. El Estado está decidiendo si autoriza o no a los particulares un acto médico que no es igual que un fármaco (no hay punto de comparación). Sin embargo, la CCSS invierte en el asunto y allí (paradoja del principio de legalidad) no se necesita autorización. Los de adentro con presupuesto y sin necesidad de demostraciones, los de afuera con el la libertad restringida y esperando un milagro para salvar la salud.

De las restricciones en pro del ambiente ni hablemos. Cuando el Estado o sus amistados están detrás de una carretera, entonces todo va a su favor (no importa el plan de escombreras, el agua de los ríos, los mantos acuíferos ni la la medida sobrepasada). ¡Ah, pero si se tratara de un particular! Entonces veríamos la suspensión de obras, las responsabilidades penales y las vestiduras rasgadas. Verbigracia: Estadio Nacional y carretera a Caldera. ¡Ay del supervisor que ose denunciar hechos o hacer constar no conformidades! Será víctima de la vindicta pública.

Si un particular quiera poner un taller, deberá sujetarse mil reglas y legislaciones. Si es un proyecto público, ni se hablará de la normativa de la calidad (recuerden Riteve).

Si la escuela es privada, aparecerán expertos en construcciones a exigir (por vía inferior al reglamento: la ocurrencia casual) medidas y orientaciones, escalones y luces, ventilaciones y cerraduras). ¿Por qué no actúan así con las instalaciones públicas?

miércoles, 17 de febrero de 2010

DON JOSÉ JOAQUÍN TREJOS

Perspectiva
Columna de los miércoles en La Prensa Libre
Por Federico Malavassi

¡Ha partido don José Joaquín Trejos Fernández! Cariñosamente llamado “cielito lindo” por su lunar y conocido por su campaña de “las manos limpias” en 1966.

Hijo de un gran costarricense, don Juan Trejos Quirós, autor liberal y destacado constituyente, fue Presidente de Costa Rica en el período constitucional 1966-1970.

Un profesor universitario que dejó el claustro para encabezar una coalición (la Unificación Nacional se formaba con los partidos Unión Nacional y Republicano, que habían sido contendientes en 1948 y habían acudido por separado a las elecciones de 1962) y que resultó triunfador en la preferencia del pueblo.

Fue una campaña dura, con su Volkswagen escarabajo derrotó al candidato del PLN que usó helicóptero. Con su discurso sesudo y llamando a un gobierno de parsimonia nacional ganó frente a un discurso electoral y encendido. Tuvo fe en el trabajo y en la palabra.

Algunos señalan su gestión como una Administración de la academia: varios profesores universitarios quienes, al igual que el Presidente, iban del aula a la Administración Pública.

Rabiosa oposición del Partido Liberación Nacional. El PLN perdió la Presidencia de la República pero ganó la Asamblea Legislativa: “¡gobernaremos desde el Congreso!” –exclamaron al tomar el Directorio legislativo. A don José Joaquín no le importó la bravata: se concentró a cabalidad en una Administración modelo: equilibró las finanzas públicas y todo el tema fiscal, no se molestó por una mayoría en contra, respetó la división de poderes y se manejó con gran gallardía y sumo respeto por el Ordenamiento Jurídico.

El poder no lo encandiló nunca, todo lo contrario. Promovió la reforma constitucional para que no hubiese reelección presidencial. Sus actuaciones posteriores evidencian ausencia de ambición por el poder y vacuna contra la estatolatría. Asimismo, una increíble grandeza de corazón: terminó dando la adhesión política a Rodrigo Carazo, uno de los más afanados diputados de la oposición liberacionista durante su gestión.

También es muy significativa la seriedad con que tomó las cosas que hacía. Hombre creyente, intelectual, formal y muy reflexivo, fue un Presidente igual: cuidó con esmero los principios que estaban detrás de las formas, las cuales respetó impecablemente; celoso vigilante de la Constitución Política y de la mecánica gubernamental, trato exquisito y cátedra permanente. Por muchos participantes he oído detalles del funcionamiento del Consejo de Gobierno y en todos aparece el respeto, la formalidad, el razonamiento y el decoro.
Figura modelo para políticos: reflexión, seriedad, compromiso y austeridad. Paz a sus restos y mi pésame a sus estimados hijos y parientes.

miércoles, 10 de febrero de 2010

¡FELICIDADES TSE!

Perspectiva
Columna de los miércoles en La Prensa Libre
Por Federico Malavassi

La administración de los comicios ha ido cambiando mucho en Costa Rica. Cada cuatrienio cuesta más encontrar miembros de mesa para las juntas electorales. El Tribunal Supremo de Elecciones ha ido tomando el pulso de la actitud costarricense y ha ido supliendo y anticipando con prudencia e inteligencia.

Me explico con claridad. El domingo pasado acudí con un equipo de fiscales generales a diversos centros de votación, con el fin de ejercer una fiscalización estricta de las elecciones. Lo que encontramos debe decirse: orden, respeto, responsabilidad y gente trabajando en cada junta con absoluto apego a la legalidad.

Desde los delegados que vigilaban los centros hasta los auxiliares en las juntas, el asunto estaba controlado y normal. En las Juntas en las que había miembros de mesa (en ninguna había miembros designados por todos los partidos) había camaradería, confianza, eficiencia y trabajo en equipo. Percibí sentido de responsabilidad, atención y una oficiosidad positiva en todos los delegados del TSE y demás auxiliares que ví trabajando. ¡Nada que reprochar!

Contrasta con los recuerdos de los años setenta, cuando había mucho celo, constantes fricciones, malicia para ponerse los colores del partido, presiones y exceso de desconfianza.

Igual sucedió con los cómputos y acceso a ellos en las páginas del TSE. Oportunidad, claridad y precisión.

De manera que es menester destacar la jornada cívica pasada. El candidato de mis simpatías no ganó, pero no hay reproche que hacer al Tribunal en la administración de las juntas y centros electorales. Si hubo algún abuso gubernamental (tema para otro día: publicidad, programación de inauguraciones, inauguraciones incompletas y hasta notas sobre el techo del estadio) eso es harina de otro costal.

Quizás la falta de incidentes marcó el día, para algunos hasta aburrido. Me imagino que esa es la aspiración del TSE (un día sin novedades, calmo, sin incidentes, sin sorpresas y con estricto apego al plan trazado). Es mejor aburrido, asoleado y rutinario que lleno de anomalías y dudas, violento y movido.

Antes había peleas por esquinas e insultos, el domingo vimos familias y barrios ondeando sus preferencias mezcladas, alegres y sin peleas. Menos pasión y más paz. Símbolo inequívoco de madurez.

Supongo que luego de la tradicional lectura de resultados y cortes (antaño eran telegramas) con la presentación de cuadros y porcentajes (dejando casi sin trabajo a analistas y periodistas) los magistrados del TSE durmieron tranquilos como benditos. ¡En buena hora!

miércoles, 3 de febrero de 2010

JUVENTUD Y ELECCIONES

Perspectiva
Columna de los miércoles en La Prensa Libre
Por Federico Malavassi

Tengo claro que el próximo 7 de febrero la juventud (el voto joven) podría ser el que defina los comicios. En general, la juventud podría movilizarse mejor, constituirse en un grupo militante y entusiasmarse y alentar a los demás.

Encontré el informe de la encuesta de juventud (encuesta de 2007, informe de 2008) en dos sitios diferentes y con algunas diferencias que me desorientaron (http://cpj.go.cr/docs/%95ENCUESTA%20DE%20LA%20JUVENTUD.pdf y http://cpj.go.cr/docs/encuesta/informe-encuesta.pdf).

La encuesta resulta un instrumento útil si hay un buen marco muestral (basado en un censo de población actualizado y estudiado), es un muestra probabilística, se han hecho bien las preguntas (en cuya elaboración los expertos se garantizan la neutralidad del interrogatorio en el trabajo de “focus group”), la ejecución es bien realizada y supervisada y la tabulación se hace con esmero. Aún así, no deja de ser una encuesta (una especie de fotografía de un instante).

Debidamente colectadas y revisadas, las encuestas pueden mostrar tendencias y hasta una forma de pensamiento (vg. qué piensa la juventud costarricense). No obstante, mal ejecutadas y presentadas pueden resultar un disparate, un enredo o pura confusión. Hay “porqués” que no aparecerán nunca y será inútil buscarlos.

Los jóvenes (2007) muestran un acuerdo con el sistema democrático, pero una falta de confianza en los gobernantes. Entre sus aspiraciones o metas (en orden de prelación) marcan finalizar sus estudios, mejorar las condiciones laborales y formar familia propia (recuérdese que es un cuestionario prefabricado y no a la medida).

El principal problema nacional que perciben (marcan, porque seleccionan de un cuestionario que se presenta) es la inseguridad ciudadana. O sea, eso es lo que más los preocupa. Luego (¡bendito cuadro 40!) se me abrieron presentaciones distintas y no me quedó claro cuál preocupación sigue: en una versión es la pobreza, seguida por la drogadicción, la corrupción política, la falta de empleo y el alto costo de la vida; en la otra versión aparecen en su orden la falta de empleo, la drogadicción, la pobreza, la corrupción política y el alto costo de la vida. Por supuesto que no pude entrar al informe de la encuestadora porque no tengo la clave.

Me queda claro cuál asunto marcan los jóvenes como principal problema: inseguridad ciudadana. No me queda claro cuál es el segundo (¿pobreza o falta de empleo?) y luego aparece en tercer lugar la drogadicción, pasando a uno u otro de los temas en conflicto (¿falta de empleo o pobreza?) y después a la corrupción política.

Si la determinación del voto joven se va el segundo tema, entonces será un misterio si marcaron pobreza o falta de empleo. Espero que la inconsistencia de las versiones no se origine en el tema de corrupción política.