miércoles, 21 de abril de 2010

¿AUTONOMÍA?

Perspectiva
Columna de los miércoles en La Prensa Libre
Por Federico Malavassi

De verdad que el papel aguanta todo lo que le pongan, pero la verdad es que se ha hecho gran alharaca en relación con la captura de un oficial de tránsito cuestionado por presuntos actos de corrupción dentro del campus de la UCR.

El pleito no lo iniciaron los oficiales del OIJ. Los insultos y el pleito se originó en una reacción irregular de un grupo de estudiantes y sindicalistas. La autonomía universitaria no queda en peligro ni cuestionada por la actuación del OIJ sino por la irregular reacción de un puño de estudiantes y sindicalistas. ¿Quién ensució el campus?

Además, las señales enviadas a la comunidad nacional son muy ambigüas y peligrosas: ¿se quiere que el campus sea refugio de qué? ¿Qué pasará cuando los propios estudiantes sean víctimas de asaltos, agresiones y otros delitos? ¿Estarán a salvo los malhechores que rondan la calle de la amargura con solo entrar al campus?

La cuestión se pone más enredada y complicada al estudiar los pronunciamientos y respuestas de las autoridades universitarias. ¿Entendieron lo que pasó o están comprometidos con qué clase de grupo elector? ¿No estaría más cuestionada la autonomía cuando se empeñaron recursos públicos en la lucha contra el TLC, cuando se discriminó a los estudiantes que apoyaban el indicado tratado o cuando algunos ganaron TCU repartiendo volantes contra el libre comercio?

Peor aún, el asunto se sale de razón cuando una turba de gamberros en nombre de la santa autonomía sale a las calles a bloquear el libre tránsito, a complicar la libertad de los demás y a realizar actos rayanos en vandalismo y coacción. Embozados como terroristas, escondiéndose su cobardía en caras tapadas y haciendo daño al prójimo pretenden restaurar una supuesta lesión a la razón y la inteligencia. ¿Verdad que no hay proporción ni racionalidad en tales conductas?

De paso, echan a perder la fama del resto de estudiantes, de los que van a clase, de los que luchan por imponer razón en su vida, de los que trabajan para progresar, de los cumplen las leyes y respetan la libertad ajena.

Al final, parece que no importa una coima, no importa ofender a las autoridades, no interesa limpiar nuestra Costa Rica sino hacer exorbitante un privilegio, abusar de un concepto y complicar a vida de los transeúntes y ciudadanos que todos los días tienen que circular por las congestionas calles de nuestro país.

¿Es para eso que quieren tener un sitio especial? ¿Es en estos pronunciamientos y reuniones que se gasta el dinero del pueblo costarricense? ¿Por mantener estas actuaciones es que regateamos recursos a otras áreas de la educación pública?

Todo este abuso, violación de derechos, exceso de ofensas y torcedura de la verdad no parece el camino de la libertad de pensamiento, no rima con la lógica y la crítica, no hace armonía con el esfuerzo patrio por financiar las universidades públicas y no encaja con los valores nacionales.

miércoles, 14 de abril de 2010

Y … ¿LA CARRETERA A SAN CARLOS?

Perspectiva
Columna de los miércoles en La Prensa Libre

Por Federico Malavassi

Estamos a menos de un mes de que termine la segunda Administración Arias Sánchez. En la revisión de las cuestiones pendientes aparece una grave alarma: la carretera a San Carlos.

Recuerdo que involucré en el proyecto porque uno de los diputados de la fracción del Norte (don Carlos Salazar) me solicitó ayuda para superar la espesa tramitomanía que impedía la realización del proyecto. Parecía que las autoridades se proponían desaprovechar la colaboración de Taiwán.

Visitas a Ministros, a la Contraloría y al sitio, discusiones largas y complicadas sobre soluciones, llamadas y esperas fueron apenas parte de la labor desplegada. Incluso, nuestra fracción desplazó a un colaborador al MOPT para que ayudara con el proyecto (como si no tuviéramos nada que hacer).

A fin se inauguró la obra y empezaron los trabajos. Hubo festejos, discursos y felicidad. Pero … la actual Administración (de acuerdo con la Constitución corresponde al Poder Ejecutivo el manejo de las relaciones internacionales) decidió romper abruptamente con Taiwán y cambiarlos por la China continental. Ello significó una grave complicación para el desarrollo del proyecto.

¡Cuántas promesas se hicieron entonces al pueblo sancarleño! ¡Que cuatro vías! ¡Que carretera de alta velocidad! ¡Que se incluirán las puntas! ¡Que aspergiado de canela y lazitos en las puntas! Al final de la Administración Arias Sánchez la carretera no está, las puntas faltan y el asunto no parece resuelto.

Me parece que este asunto no debe pasar inadvertido sino todo contrario. Creo que esta carretera ha sido uno de los temas complicados en la ruptura de relaciones con Taiwán. Estimo que hay un deuda moral ineludible, de parte de la saliente Administración, en dejar arreglado el asunto que no pudo finiquitar.

Dice que los chinos ofrecieron suficiente ayuda para cubrir los proyectos que quedaron en descubierto por la salida de Taiwán. De ser así ¿qué se hizo el dinero?

La verdad es que el proyecto de carretera tiene más de un cuarto de siglo y de verdad resulta muy doloroso percatarse de que cuando estaba a punto de realizarse entonces la “alta política” se encargó de hacerlo caer.

Cuento esto para que no se olvide. Subrayo que todos deberíamos insistir, pues la carretera no beneficiará sólo a un parte del país sino a toda Costa Rica.

Me encantaría que me refutaran, señalándome con hechos que estoy equivocado, que el proyecto sí está vivo, que se construye en tiempo y que el pueblo no quedará defraudado.

miércoles, 7 de abril de 2010

LOS NUEVOS DIPUTADOS

Perspectiva
Columna de los miércoles en La Prensa Libre
Por Federico Malavassi

El pasado Lunes (5 de abril) recibieron las credenciales los diputados que iniciarán su gestión el próximo primero de mayo. El TSE realizó la ceremonia, con la formalidad, alegría e importancia que tiene.

Cada vez es más importante que los diputados se impongan de su importancia y valor. En el momento en que juran su cargo (el próximo primero de mayo), dejan de ser representantes de partido y se convierten en representantes nacionales.

Asumen, en conjunto, la gestión de uno de los poderes del Gobierno costarricense. Deben comprender que constituyen el tradicionalmente llamado primer poder de la República (ya no lo son, porque por reforma constitucional se ha devuelto o reconocido tal posición al mismo pueblo) y no pueden ser sumisos del poder Ejecutivo.

Todos son gobierno (y no solo los del oficialismo). Colectivamente pueden mucho, en grupos también pueden e individualmente también tienen poder.

Sin lugar a dudas, su principal función es el control político. Y es menester entender a fondo tal tarea: hay que indagar, estudiar, analizar la marcha de la Administración pública, pedir cuentas, revisar los informes de gasto público, investigar el uso de recursos públicos (no solo los dineros), emplazar a los funcionarios públicos, denunciar y ser ojos, oídos, mente y corazón de los ciudadanos. Se supone que cada cual está tranquilo en lo suyo porque tiene un representante que hará lo propio para que marche bien la gestión pública.

También tienen, todos y cada uno, la función de ser representantes de intereses generales (diputados por la Nación) y la específica responsabilidad de hablar por quienes los han elegido. Esta tarea es esencial: no pueden quedarse callados, no deben votar sin explicar, no pueden decidir sin estudiar y siempre tienen que dar explicaciones.

¿Y la legislación …? Pues sí, también tienen el poder (que no el deber) de dictar leyes. Han de comprender que cada ley (salvo que sean derogatorias) impone obligaciones y limita la libertad. Las limitaciones a la libertad, a más de racionales, razonables y proporcionales, han de ser estrictamente necesarias.

Asimismo, hay una importante labor de nombramientos. Para los magistrados se requieren dos terceras partes, así que debería pesar esa mayoría calificada en la selección de los mejores y no solo los que convengan a la mayoría accidental (y no absoluta) del oficialismo.

miércoles, 31 de marzo de 2010

¿CULTURA CRISTIANA?

Perspectiva
Columna de los miércoles en La Prensa Libre

Por Federico Malavassi

Resulta interesante explorar el sentido de la Semana Santa en el sentir de la gente. Para unos no es más que una esperada vacación. Para otros un especial período de descanso (oportunidad de viajes, semana compartida, tour abonado y hasta viaje fuera del país), para algunos impera la cocina tradicional (dulces, empanadas de chiverre, tamales de temporada y las infaltables sardinas), otros excusan el paseo en la ideología ecológica (en la naturaleza estoy cerca de Dios, es lo que dicen) y no faltan quienes simbolizan todo en la visita a amistades lejanas o parientes que viven largo (es ocasión de reunión, es lo que aducen). Unos cuantos se centran en las procesiones y en las actividades conmemorativas. Por supuesto que va también el paquete de películas de temporada: Ben Hur, Quo Vadis, La Pasión y por allí se cuelan hasta Espartaco y Maciste y Los Gladiadores.

¿Cuántos se concentran en las celebraciones atinentes a la Pasión, Muerte y Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo? ¿Cuántos reflexionan sobre el sentido de estos sagrados misterios, la instauración de la Eucaristía y el poderoso argumento de la Resurrección y cuánto implica ello para los seres humanos?

Quizás sería mejor que no hubiera vacaciones ni feriados sino que los cristianos busquemos el momento y la ocasión de cumplir nuestros deberes y celebrar nuestra fe. Así sucede en muchas partes del mundo y no por eso la fe disminuye ni la posibilidad de celebrar se dificulta.

Es que algunas veces es más bien contraproducente esta fiebre de paseo, veraneo, playa y sol que confunde las fechas. Es que en muchas ocasiones más bien se abre espacio a actuaciones que son contradictorias con la importancia de las fechas (“Concierto de Viernes Santo” decía hace unos años el anuncio y llamado de una conocida cerveza), la impaciencia en las carreteras, la hartada de mariscos y la provisión de licores.

Tal vez sea remar contra corriente. Para muchos se trata de derechos y situaciones consolidadas: la vacación de la Semana Santa, la semana especial por la que se paga más en los sistemas de tiempo compartido, la última ocasión de tomar el sol antes de la estación lluviosa.

Las Navidades no son la principal celebración cristiana, son una especie de tradición construida casi convencionalmente. No obstante, algunas veces resulta paradójico el modo en que se celebran: de todo menos el espíritu cristiano, algunos acusan que es una fiesta sin el cumpleañero.

La Pascua de Resurrección es la máxima celebración cristiana y va precedida de la celebración de la Pasión y Muerte de Nuestro Señor. Sacrificio trascendental que ha abierto las puertas del cielo para todos los habitantes de este valle de lágrimas. ¡Cuánto más paradójico resulta la ausencia de algún signo cristiano en la fiebre que impera en muchos con ocasión de esta Semana Mayor!

miércoles, 24 de marzo de 2010

¿EN NOMBRE DE LA SOLIDARIDAD?

Perspectiva
Columna de los miércoles en La Prensa Libre
Por Federico Malavassi

En su aspecto más brutal, la solidaridad es que uno pague por otro. Es claro que también existe la solidaridad de acreedores (se le puede pagar a cualquiera) y, asimismo, la solidaridad como sentimiento (adhesión a la causa de otro).

Nuestro Estado le ha estado “jalando el rabo a la ternera” en algunas cuestiones sociales. El salario mínimo se ha convertido en una política de fijación de salarios y algunos beneficios transitorios se han ido convirtiendo en derechos petrificados.

La planilla tiene un recargo de aproximadamente el 35.34% (más de una tercera parte), sin tomar en consideración los “riesgos profesionales” (INS) ni el aguinaldo (como un 8% más) y la provisión de auxilio de cesantía (que se volvió obligatoria en jubilación y pensión).

La universalización de los regímenes se aduce como protección total, pero se practica como cobro general (cosa muy distinta). Había dicho un Gerente de la CCSS que la idea era que todos pagaran y que pocos usaran.

Algunas compañías han introducido programas de “medicina de empresa”, la idea es ayudar a sus empleados (pero los costos son de la empresa, no de la CCSS).

El sistema se había concebido como de “capitulación”, pero la forma de administrarlo y las prácticas del Banco Central (¿nervio y motor de la economía nacional?) que nos azotan con la inflación convirtieron las pensiones de la CCSS en un sistema de reparto. Paradójicamente, intentaron convertir el sistema de salud en uno de capitulación y la Sala Cuarta les enmendó la plana (en ése, había que repartir todo).

La CCSS ha dispuesto que se cotizará sobre un mínimo (el lunes 22 de marzo anunció que elevó el mínimo a c110,000.oo) sin importar cuánto es el monto del salario real. La posibilidad de excepciones es muy limitada.

¡Curioso! ¿Verdad? Pero en esto no importa la realidad: no importa si se labora una fracción de jornada (origen real de los pagos que no llegan al mínimo) o si la naturaleza de la relación lleva a eso (pago de horas como profesor, de servicio o cualesquiera otra relación de esta clase), tampoco aparece la primacía de la realidad ni el “contrato realidad”.

El tema es que hay señoras que no podrán asegurar por un mínimo de ciento diez mil pesos a una servidora ocasional que trabaja para ellas solo 10 horas a la semana. No tiene cómo lograr un consorcio con eventuales otras patronas. Hay centros de enseñanza en los cuales los profesores dan solo una clase por semana o tal vez dos o tres, siempre largo del límite.

En estos casos, el monto por pagar a la CCSS hasta puede ser superior al que recibe el trabajador. ¿Todo en nombre de la solidaridad? ¡Así no funciona!

miércoles, 17 de marzo de 2010

RAZÓN DE LA SINRAZÓN (A PROPÓSITO DE LA LEY DE TRÁNSITO)

Perspectiva
Columna de los miércoles en La Prensa Libre

Por Federico Malavassi

Es evidente que se ha ejercido mucha presión sobre la Asamblea Legislativa para la aprobación de la criticada reforma a la Ley de Tránsito.

El resultado fue de esperar: normas asistémicas, castigos exagerados, violación del principio elemental de “non bis in ídem”, multas astronómicas y una numeración equivocada. Jueces y expertos criticaron con vehemencia el resultado normativo.

Y es que no se debe legislar al calor de las campañas de los medios de comunicación, con miedo a la presión de los periodistas y sin entender las tácticas de los pasillos del MOPT y demás oficinas públicas. No hace muchos años impulsaron una campaña de reformas que supuestamente terminaría con los accidentes y temeridades y utilizaron la presión de los medios de comunicación contra los diputados. Incluso, los proponentes se atrevieron a asegurar que sabían que había cambiado el criterio de la Sala Constitucional (¿astrología, prevaricato o bateo?). El resultado fue insignificante, pero el noviazgo proponente se presentó unos pocos años después con nuevo paquete de reformas. Y algunos medios de comunicación salieron a presionar nuevamente … Para el MOPT es una forma de evadir responsabilidades, diluirlas en acusaciones de mala legislación y pasarle la factura a otro.

Un Ordenamiento Penal (buena parte de las normas de Tránsito constituyen Derecho Penal especial) debe tener sistema, proporción, respeto por principios básicos, razonabilidad, racionalidad y lógica. Debe engarzarse adecuadamente con los principios constitucionales y con los principios del Derecho Penal (sustantivo y procesal). La reforma que se aprobó evidenciaba carencias en todo ello.

Lo curioso es que ahora que un grupo de diputados intenta introducir algunas mejoras, aparecen los promotores de la criatura con afirmaciones ininteligibles: que una nueva cultura (¿a punta de exageraciones penales?), que en cuanto más caro sea obtener una licencia entonces habrá menos accidentes (y por supuesto que si nadie puede conducir, entonces posiblemente no haya accidentes), que porqué aceptaron que había presión de la prensa (… y la siguen haciendo). En fin, afirmaciones de antología para tratar de detener un movimiento legislativo de razonabilidad de la norma.

Quizás sea necesaria un poco de historia que ayude a recordar quién fue Dracón y en qué terminó la excesiva severidad legislativa. Tal vez sirva un poco de reflexión para repasar que no vale la pena sacrificar la libertad para obtener seguridad y cómo los pueblos han aprendido la lección.

Evidentemente falta amor por la libertad, compromiso con la responsabilidad, diagnóstico sobre el desempeño administrativo y adecuado uso de los instrumentos públicos, estudio sobre la utilización de la ley como instrumento social y respeto por las personas.
El miedo, como siempre, es mal consejero.

miércoles, 10 de marzo de 2010

INCAPACIDADES DE SINTRABAJAP

Perspectiva
Columna de los miércoles en La Prensa Libre
Por Federico Malavassi

Desde hace muchos años hay un cuestionamiento creciente y disimulado de las “incapacidades” médicas y en particular de algunas de las de la CCSS.


¿Por qué? ¡Qué difícil decirlo por tratarse de un “acto médico”! Pero a patronos y compañeros de trabajo nos consta que algunas personas, con toda la frescura y “cara’e barro” manifestaban que determinado día no irían a trabajar o se salvarían de tal o cual examen presentando una constancia de enfermedad.


Médicos amigos me han manifestado que algunos consultantes pedían la constancia de entrada, evidenciando que era más importante la constancia que el eventual remedio de la supuesta enfermedad.

Por supuesto que esta es un área en la cual se cumple aquello de que “unos de comen la piña y a otros les duele la panza”. Recuerdo múltiples casos de empresas que se enfrentaban a jugadas colectivas de sindicatos o trabajadores que, sorprendentemente, parecían contar con municiones inacabables de incapacidades caprichosas.


En el caso de los exdirectores de la Sintrajap es asombroso que todos cayeran incapacitados (por supuesto que no es asombroso que no quisieran trabajar). No obstante, no será el primero ni el último de los casos en que se podría estar frente a un abuso de la figura de la incapacidad. ¡Qué difícil proponer normas generales que ordenen esta materia y también sean justas! Es igual que el caso de los médicos de equipos de fútbol: he visto a algunos más interesados en las tácticas del partido que les interesa “enfriar” o “alterar” que en la salud, buen ejemplo y juramento hipocrático.


Dicen que los lunes es el día que más se gestionan incapacidades (es que el fin de semana, en lugar de ayudar a reponer energía, parece ser la ocasión de muchos males para la salud: cansancio, accidentes, partidos de fut, jaibol y ocupaciones alternativas). En algunos casos la medicina de empresa ha ayudado a evitar los engaños, pero en otros hay que reconocer que los pacientes son verdaderos artistas, capaces de merecer el “oscar” más que los premiados por la Academia.


En nuestra historia ha habido de todo, hasta un ex ministro que estaba incapacitado para trabajar en su profesión, pero no para hacer de ministro y cobrar.


¿Quién saca a un médico complaciente de su parcela profesional para que nos diga la puritica verdad? Quizás es hora de que patronos, directores médicos, CCSS y la sociedad aproveche tan descarada coyuntura para empezar a enderezar el asunto.


No es un tema médico, es un tema moral. Algunas veces la factura la paga la seguridad social, pero es indudable que hay inmensos costos sociales y morales que nos obligan a enfrentar el desaguisado y no dejarlo pasar invicto.


¡Que por lo menos sepan que los estamos viendo y no nos tragamos el anzuelo!

miércoles, 3 de marzo de 2010

FRAUDE CON LA LEY DE TRÁNSITO

Perspectiva
Columna de los miércoles en La Prensa Libre
Por Federico Malavassi

Ya lo habíamos adelantado, que no iban a arreglar en tiempo las reformas a la Ley de Tránsito y que simplemente habían atrasado su vigencia para camuflar las tortas en las elecciones. ¡Y así fue!

Es obvio que la nueva legislación tiene errores, desproporciones, exageraciones y ocurrencias. Muchos hemos llamado la atención acerca de los errores que contenía el proyecto de ley, acerca de los riesgos de las prisas al legislar, acerca de las consecuencias funestas de legislar al calor de la noticia y la presión que la Administración ponía a los diputados. ¡No fuimos oídos!

El Poder Ejecutivo insistió en la aprobación de la nueva legislación. El MOPT y algunos colaboradores pusieron mucha presión e insistencia (costumbre vieja a fin de esconder las falencias de la administración). El partido oficial pasó la maquinaria sobre la oposición. La oposición se mostró tímida y dejó pasar el entuerto.

Ahora la criatura no tiene padre: los legisladores dicen que ni la numeración está buena (aunque publicaran leyes “comentadas” al respecto), no se resuelve qué materia enmendar y nos vacilaron con la el atraso de la vigencia.

Lo que ha hecho el Poder Ejecutivo no tiene nombre, pues luego de presionar para obtener su aprobación, ahora aparece “suspendiendo” algunas sanciones, en una decisión abiertamente inconstitucional y evidentemente antijurídica.

Los oficiales de tránsito dijeron en opinión gremial que preferían no aplicarla.

Y que los diputados insistan en su aplicación luego de que atrasaron la vigencia para hacer arreglos que no han logrado hacer todavía es el remate de la tragicomedia.

¿Yo no fui, fue Teté, ¡pégale, pégale, que él fue!?

Incluso hasta los bomberos han externado opinión en apoyo a la exigencia del extinguidor. El argumento fue el choque del furgón con el camión cisterna en el puente sobre el Río Lagarto (como si un extinguidor de mano hubiera podido evitar la cosa).

Otros profesionales se han mostrado más bien cautos con el tema del botiquín.

Insisto en que debe entenderse que la ley es un instrumento muy potente y debe usarse con prudencia y sabiduría. El miedo, la prisa, la presión pública y la impaciencia son malísimos consejeros.

También insisto en que encuentro algunas multas muy elevadas, la redacción confusa y la desproporción profusa. La exageración de algunas multas y castigos puede resultar contraproducente.

miércoles, 24 de febrero de 2010

¿COLAPSO O EMBUDO?

Perspectiva
Columna de los miércoles en La Prensa Libre

Por Federico Malavassi

Cada vez que se ventilaba en el plenario legislativo algún gran defecto de la acción pública, el compañero Guido Vega reconocía públicamente que “el Estado costarricense había colapsado”.

El triste tema de los puentes de nuestras carreteras podría servir de evidencia y prueba de tal aserto. Sin embargo, habría que preguntarse por las causas y, asimismo, porqué el asunto resulta tan pesado para los ciudadanos y tan liviano para quienes están adentro.

Así es: a pesar del oneroso pago de impuestos (importación de vehículos, ruedo y combustibles) las calles no alcanzan y el gobierno tiene, como única ocurrencia, la restricción vehicular. Los de adentro tienen ahora motivo para decir que hicieron algo (en realidad no mejoraron nada), pretexto para limitar la libertad de los demás, excusa para llenar a los usuarios de infracciones y su vida no se ve limitada. Los de afuera, en cambio, vivimos en el susto y la necesidad, si estamos dentro del perímetro la medida equivale a inmovilidad y nuestra vida está más estrujada.

Los puentes no se arreglan porque hay conflictos entre CONAVI, el MOPT, las contrataciones y las comisiones. Pero no se les atrasa un sueldo ni se complican la vida. Los de afuera, al revés, hasta la muerte nos llega por la inutilidad pública.

Con el tema de las células madre es igual. El Estado está decidiendo si autoriza o no a los particulares un acto médico que no es igual que un fármaco (no hay punto de comparación). Sin embargo, la CCSS invierte en el asunto y allí (paradoja del principio de legalidad) no se necesita autorización. Los de adentro con presupuesto y sin necesidad de demostraciones, los de afuera con el la libertad restringida y esperando un milagro para salvar la salud.

De las restricciones en pro del ambiente ni hablemos. Cuando el Estado o sus amistados están detrás de una carretera, entonces todo va a su favor (no importa el plan de escombreras, el agua de los ríos, los mantos acuíferos ni la la medida sobrepasada). ¡Ah, pero si se tratara de un particular! Entonces veríamos la suspensión de obras, las responsabilidades penales y las vestiduras rasgadas. Verbigracia: Estadio Nacional y carretera a Caldera. ¡Ay del supervisor que ose denunciar hechos o hacer constar no conformidades! Será víctima de la vindicta pública.

Si un particular quiera poner un taller, deberá sujetarse mil reglas y legislaciones. Si es un proyecto público, ni se hablará de la normativa de la calidad (recuerden Riteve).

Si la escuela es privada, aparecerán expertos en construcciones a exigir (por vía inferior al reglamento: la ocurrencia casual) medidas y orientaciones, escalones y luces, ventilaciones y cerraduras). ¿Por qué no actúan así con las instalaciones públicas?

miércoles, 17 de febrero de 2010

DON JOSÉ JOAQUÍN TREJOS

Perspectiva
Columna de los miércoles en La Prensa Libre
Por Federico Malavassi

¡Ha partido don José Joaquín Trejos Fernández! Cariñosamente llamado “cielito lindo” por su lunar y conocido por su campaña de “las manos limpias” en 1966.

Hijo de un gran costarricense, don Juan Trejos Quirós, autor liberal y destacado constituyente, fue Presidente de Costa Rica en el período constitucional 1966-1970.

Un profesor universitario que dejó el claustro para encabezar una coalición (la Unificación Nacional se formaba con los partidos Unión Nacional y Republicano, que habían sido contendientes en 1948 y habían acudido por separado a las elecciones de 1962) y que resultó triunfador en la preferencia del pueblo.

Fue una campaña dura, con su Volkswagen escarabajo derrotó al candidato del PLN que usó helicóptero. Con su discurso sesudo y llamando a un gobierno de parsimonia nacional ganó frente a un discurso electoral y encendido. Tuvo fe en el trabajo y en la palabra.

Algunos señalan su gestión como una Administración de la academia: varios profesores universitarios quienes, al igual que el Presidente, iban del aula a la Administración Pública.

Rabiosa oposición del Partido Liberación Nacional. El PLN perdió la Presidencia de la República pero ganó la Asamblea Legislativa: “¡gobernaremos desde el Congreso!” –exclamaron al tomar el Directorio legislativo. A don José Joaquín no le importó la bravata: se concentró a cabalidad en una Administración modelo: equilibró las finanzas públicas y todo el tema fiscal, no se molestó por una mayoría en contra, respetó la división de poderes y se manejó con gran gallardía y sumo respeto por el Ordenamiento Jurídico.

El poder no lo encandiló nunca, todo lo contrario. Promovió la reforma constitucional para que no hubiese reelección presidencial. Sus actuaciones posteriores evidencian ausencia de ambición por el poder y vacuna contra la estatolatría. Asimismo, una increíble grandeza de corazón: terminó dando la adhesión política a Rodrigo Carazo, uno de los más afanados diputados de la oposición liberacionista durante su gestión.

También es muy significativa la seriedad con que tomó las cosas que hacía. Hombre creyente, intelectual, formal y muy reflexivo, fue un Presidente igual: cuidó con esmero los principios que estaban detrás de las formas, las cuales respetó impecablemente; celoso vigilante de la Constitución Política y de la mecánica gubernamental, trato exquisito y cátedra permanente. Por muchos participantes he oído detalles del funcionamiento del Consejo de Gobierno y en todos aparece el respeto, la formalidad, el razonamiento y el decoro.
Figura modelo para políticos: reflexión, seriedad, compromiso y austeridad. Paz a sus restos y mi pésame a sus estimados hijos y parientes.

miércoles, 10 de febrero de 2010

¡FELICIDADES TSE!

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Columna de los miércoles en La Prensa Libre
Por Federico Malavassi

La administración de los comicios ha ido cambiando mucho en Costa Rica. Cada cuatrienio cuesta más encontrar miembros de mesa para las juntas electorales. El Tribunal Supremo de Elecciones ha ido tomando el pulso de la actitud costarricense y ha ido supliendo y anticipando con prudencia e inteligencia.

Me explico con claridad. El domingo pasado acudí con un equipo de fiscales generales a diversos centros de votación, con el fin de ejercer una fiscalización estricta de las elecciones. Lo que encontramos debe decirse: orden, respeto, responsabilidad y gente trabajando en cada junta con absoluto apego a la legalidad.

Desde los delegados que vigilaban los centros hasta los auxiliares en las juntas, el asunto estaba controlado y normal. En las Juntas en las que había miembros de mesa (en ninguna había miembros designados por todos los partidos) había camaradería, confianza, eficiencia y trabajo en equipo. Percibí sentido de responsabilidad, atención y una oficiosidad positiva en todos los delegados del TSE y demás auxiliares que ví trabajando. ¡Nada que reprochar!

Contrasta con los recuerdos de los años setenta, cuando había mucho celo, constantes fricciones, malicia para ponerse los colores del partido, presiones y exceso de desconfianza.

Igual sucedió con los cómputos y acceso a ellos en las páginas del TSE. Oportunidad, claridad y precisión.

De manera que es menester destacar la jornada cívica pasada. El candidato de mis simpatías no ganó, pero no hay reproche que hacer al Tribunal en la administración de las juntas y centros electorales. Si hubo algún abuso gubernamental (tema para otro día: publicidad, programación de inauguraciones, inauguraciones incompletas y hasta notas sobre el techo del estadio) eso es harina de otro costal.

Quizás la falta de incidentes marcó el día, para algunos hasta aburrido. Me imagino que esa es la aspiración del TSE (un día sin novedades, calmo, sin incidentes, sin sorpresas y con estricto apego al plan trazado). Es mejor aburrido, asoleado y rutinario que lleno de anomalías y dudas, violento y movido.

Antes había peleas por esquinas e insultos, el domingo vimos familias y barrios ondeando sus preferencias mezcladas, alegres y sin peleas. Menos pasión y más paz. Símbolo inequívoco de madurez.

Supongo que luego de la tradicional lectura de resultados y cortes (antaño eran telegramas) con la presentación de cuadros y porcentajes (dejando casi sin trabajo a analistas y periodistas) los magistrados del TSE durmieron tranquilos como benditos. ¡En buena hora!

miércoles, 3 de febrero de 2010

JUVENTUD Y ELECCIONES

Perspectiva
Columna de los miércoles en La Prensa Libre
Por Federico Malavassi

Tengo claro que el próximo 7 de febrero la juventud (el voto joven) podría ser el que defina los comicios. En general, la juventud podría movilizarse mejor, constituirse en un grupo militante y entusiasmarse y alentar a los demás.

Encontré el informe de la encuesta de juventud (encuesta de 2007, informe de 2008) en dos sitios diferentes y con algunas diferencias que me desorientaron (http://cpj.go.cr/docs/%95ENCUESTA%20DE%20LA%20JUVENTUD.pdf y http://cpj.go.cr/docs/encuesta/informe-encuesta.pdf).

La encuesta resulta un instrumento útil si hay un buen marco muestral (basado en un censo de población actualizado y estudiado), es un muestra probabilística, se han hecho bien las preguntas (en cuya elaboración los expertos se garantizan la neutralidad del interrogatorio en el trabajo de “focus group”), la ejecución es bien realizada y supervisada y la tabulación se hace con esmero. Aún así, no deja de ser una encuesta (una especie de fotografía de un instante).

Debidamente colectadas y revisadas, las encuestas pueden mostrar tendencias y hasta una forma de pensamiento (vg. qué piensa la juventud costarricense). No obstante, mal ejecutadas y presentadas pueden resultar un disparate, un enredo o pura confusión. Hay “porqués” que no aparecerán nunca y será inútil buscarlos.

Los jóvenes (2007) muestran un acuerdo con el sistema democrático, pero una falta de confianza en los gobernantes. Entre sus aspiraciones o metas (en orden de prelación) marcan finalizar sus estudios, mejorar las condiciones laborales y formar familia propia (recuérdese que es un cuestionario prefabricado y no a la medida).

El principal problema nacional que perciben (marcan, porque seleccionan de un cuestionario que se presenta) es la inseguridad ciudadana. O sea, eso es lo que más los preocupa. Luego (¡bendito cuadro 40!) se me abrieron presentaciones distintas y no me quedó claro cuál preocupación sigue: en una versión es la pobreza, seguida por la drogadicción, la corrupción política, la falta de empleo y el alto costo de la vida; en la otra versión aparecen en su orden la falta de empleo, la drogadicción, la pobreza, la corrupción política y el alto costo de la vida. Por supuesto que no pude entrar al informe de la encuestadora porque no tengo la clave.

Me queda claro cuál asunto marcan los jóvenes como principal problema: inseguridad ciudadana. No me queda claro cuál es el segundo (¿pobreza o falta de empleo?) y luego aparece en tercer lugar la drogadicción, pasando a uno u otro de los temas en conflicto (¿falta de empleo o pobreza?) y después a la corrupción política.

Si la determinación del voto joven se va el segundo tema, entonces será un misterio si marcaron pobreza o falta de empleo. Espero que la inconsistencia de las versiones no se origine en el tema de corrupción política.

miércoles, 27 de enero de 2010

¿ES DAÑINO VER TV?

Perspectiva
Columna de los miércoles en La Prensa Libre
Por Federico Malavassi


Ví el título por encima (“Ver TV por muchas horas podría acortar la vida”) y me impresionó. Iba apurado y dejé la lectura para luego.

Mientras tanto, mi cerebro se disparó y empezó a especular sobre el contenido de la noticia. ¡Claro! Si es que uno termina por vivir muchas vidas y situaciones … debe causar mucha angustia coleccionar dramas y traiciones por montones … quizás es por recibir tal bombardeo de angustias … ¿será que era cierto que la pantalla emite radiaciones y termina el televidente ciego, contaminado o afectado en sus órganos vitales?

Algunas veces, mi esposa prefiere no ver, no seguir con alguna acción y cambiar de canal. Dice que no tiene porqué someterse a la tensión que le causan algunas películas. Sí, tal vez era eso. Estar descargue y descargue adrenalina sin siquiera tener cómo resolver las cosas.

Otras veces, ella me regaña por mi acelerado “zapping”, “zapeo” o brincadera entre canal y canal. ¡Claro! Es posible que estar viendo a la vez tanta serie, noticia y encuentros deportivos termine por matarlo a uno. Dice que a ella la confunde mi brincadera y se le enredan los partidos, los personajes y la información. No sabe quién metió gol, porqué los equipos cambian de color, porqué los boxeadores aparecen jugando básquet o si el que se murió era el malo o el bueno, menos aún la causa de algún conflicto si la comedia romántica que veíamos se le convirtió en una persecución entre pistoleros. Por supuesto –pensé-, que eso debe ser malo, acorta la vida, lo deja a uno confundido y lleno de toxinas.

Recordé entonces que, hacía tiempo, había aparecido la información de que en Japón se impulsaba que las familias apagaran la TV por lo menos una hora a la semana para que los hijos y los padres conversaran y se conocieran. ¿Estaría por allí la causas del daño a la salud?

Luego pude la leer la noticia y ¡era otra cosa! El problema era pasar horas sentado y en sedentarismo. Eso afecta la circulación y la salud. Se me derrumbó la construcción de causas y reflexiones.

Es lo mismo que con la adicción a los videogames, a la lectura, a la Internet (en sus modalidades de chateo, investigación, pornografía, juegos o repaso de correos) o a cualesquiera otras actividades que lo tengan a uno sentado, inmóvil y postrado durante muchas horas, aunque se trate de trabajo, estudio, construcción de programas o simple mecanografía.

La pobre TV no tiene la culpa. La culpa es de la silla, el sillón, el sofá o la banca (igual que los largos vuelos internacionales, la falta de ejercicio o la mala posición del oficinista).

Solución: moverse más, sentarse bien, poner bien las piernas, levantarse de vez en cuando, hacer ejercicio, no comer mucho, caminar, estirar la espalda y hacer ejercicios para las manos, estar más pendiente de la esposa que de la TV, no hacer tanto “zapping” sino aprovechar los comerciales o pausas para tomar agua, levantarse o estirarse.

miércoles, 20 de enero de 2010

LIBERTAD DE PRENSA

Perspectiva
Columna de los miércoles en La Prensa Libre
Por Federico Malavassi

Hay que respetar y garantizar la libertad de Prensa. Es una oportunidad para que fluya el pensamiento, haya crítica política, se fortalezca la libertad y se dé el crecimiento intelectual. Es condición necesaria del Estado de Derecho.

Es condición necesaria pero no suficiente. Es oportunidad pero no necesariamente realidad. También hay que entender eso.

En algunos países, los diarios y medios están apuntados a partidos y tendencias políticas. Incluso, en algunos países los medios de comunicación son la voz oficial (oficiosa, oficialista y partidista) del gobierno. Son modos distintos. Uno ha de saber que hay medios que no informan sino que pretenden formar, deformar y hasta desinformar. O que no buscarán la verdad sino “su verdad”, su versión de los hechos, su justificación de los hechos o su negación de los hechos.

Igual pasa con los periodistas: unos buscan la información, incluso arriesgando la vida; otros construyen su pensión, incluso arriesgando la verdad. Unos reciben balazos y otros reciben pesos.

Dentro de los mismos medios pueden darse tendencias distintas. Mientras el Jefe de Información se bate contra viento y marea desentrañando los hechos, es posible que en la Sección de Opinión el zar de las colaboraciones de lectores y columnistas esté buscando una embajada, haciendo de cortesano o quedando bien con sus tendencias. ¿Contradictorio? Así es la realidad … así es la libertad.

No hay que enojarse con esa realidad, contra los hechos no caben argumentos. Hay que entender las oportunidades y la libertad. Al final, siempre dos más dos será cuatro. Entonces entenderemos de embajadas y viajes, de llaveros y carteras, de sobresueldos y pagos del Banco regional, de contrataciones y pauta gubernamental. Es el juego de los intereses creados… con el juego de las opiniones diversas … con la innegable realidad de los prejuicios y … además, con la interminable cuestión de las perspectivas.

Los medios son como son y los periodistas también, hay que vivir con ello. Muchos buscan la información, otros arrastran mala formación, algunos tienen pasión y unos esconden sus intereses: igual que todo el mundo. Por eso en otras partes los partidos y los grupos que se sienten maltratados con la libertad y opinión ajenas terminan estableciendo sus medios. ¿Para decir la verdad, para decir “su verdad” o para hacer lo mismo que los otros (pero al revés)?

Entiendo a los del “No” (“si no le gusta lo que dice, entonces no lo compre”), pero prefiero la expresión atribuida a Voltaire: “no estoy de acuerdo con lo que dices, pero defendería hasta la muerte tu derecho a decirlo”.
La esperanza es que las voces libres (la libertad) permitan que al final flote la verdad. Que el amor a la libertad haga florecer la verdad.

miércoles, 13 de enero de 2010

EL ADMINISTRADO: ¿CUÁL ES SU DERECHO?

Perspectiva
Columna de los miércoles en La Prensa Libre
Por Federico Malavassi

Cuando leo y observo las declaraciones de algunos funcionarios públicos me percato de que hace falta mucha educación cívica en nuestro país.

Los ciudadanos, administrados, pagadores de impuestos, asegurados obligados de monopolios y usuarios de servicios públicos tenemos una posición muy difícil, complicada y desventajosa.

Si una persona protesta en la ventanilla, los demás nos sentiremos obligados a reprenderlo con la mirada, ponernos condescendientes con el empleado de la ventanilla y reclamar el atraso que nos ocasiona, sin reparar nada en su derecho, sus razones o sus argumentos. ¡No nos conmoverá!

Si alguien se pierde en el laberinto que son nuestras calles y quizás como resultado de la ilógica demarcación de vías, protestaremos con las bocinas y reprenderemos con la mirada. Nadie se apiadará de quien, por falta de costumbre, no tiene la menor idea de cómo proceder ante los acertijos y falta de lógica de nuestros cruces, calles y vías.

Ahora veo el ensañamiento con que se pretende sancionar a quien circule sin el marchamo de pago de derechos de circulación a la vista. Con solaz, el jefe de la policía de tránsito comentaba públicamente lo que le costará a quien ose hacerlo, recuperar sus placas.

Por supuesto que no se ocupará de quien intentó pagarlo varias veces y se caían los sistemas. Tampoco buscará solución para quien acudió a un lugar donde no funcionaba la tarjeta. Menos aún se preocupará por aquel que no pudo hacerlo a través de Internet. ¡No! A él no le interesa eso, ni si la persona ha pagado cumplidamente el resto de sus obligaciones, ni si el derecho de circulación se le ha elevado en cientos de miles de colones. Simplemente se ocupará de castigarlo ¡y con gusto!

No buscará cómo resolverle los problemas al administrado, solo le interesará castigarlo y encontrar placer en las dificultades que le causó.

Así me quedo viendo las actuaciones de buena parte de la Administración (dichosamente hay muy valiosas excepciones) y me pregunto: ¿Cuál es el sentido de tener una Administración? Filas de años en la CCSS, enredos con un sobreimpuesto sobre las casas, atrasos en la consecución de repuestos para los vehículos, requisitos para entes privados que no exigen para entes públicos, actividades entregadas a los sindicatos, un gol de pago de póliza camuflado en el pago de derechos de circulación y mil abusos más son apenas parte del cuento. ¿Es que volvieron el rótulo para adentro?

No se si será un problema de ética, de política, de falta de Estado de Derecho o de educación cívica, pero es claro que hay que cambiar sustancialmente las cosas.