miércoles, 26 de agosto de 2009

TRISTEZA …

Perspectiva
Columna de los miércoles en La Prensa Libre
Por Federico Malavassi

Estoy seguro de que no soy el único que piensa así. Es que cuando veo a Usain Bolt volar por la pista, recuerdo que Jamaica tiene menos habitantes que Costa Rica y que su superficie es como cinco veces menos. También recuerdo que buena parte de nuestros habitantes de la costa caribeña son descendientes de jamaiquinos, que habían venido para trabajar en la construcción del ferrocarril.

La relación es inmediata. Tenemos la misma gente y la posibilidad de desarrollar velocistas de la misma clase … al estilo de Nery Brenes.

Pero cuando veo el vandalismo de que han sido objeto el Colegio Deportivo de Limón y sus estudiantes, se me estruja el corazón.

Un magnífico proyecto y una puerta al futuro para muchos jóvenes, frustrado por asaltantes y el vandalismo. Las noticias no mienten: incendios, asaltos, robo de las camisetas y los trofeos, imposibilidad de dar lecciones, estudiantes cansados de ser objeto de asaltos.

La historia puede repetirse en muchas versiones. Mis hijos mayores dejaron de ser lectores en la Iglesia porque los asaltaron a la salida de una jornada de preparación. Sufrieron igual cuando iban a clases de música a la UCR. Al hijo de una amiga le robaron su valiosa guitarra cuando salía de las clases en la Academia en San Pedro. Todos dejaron las clases de música …

Tengo tristeza porque quizás los maleantes estén frustrando medallas de oro, triunfos y la posibilidad de hacer algo valioso que se abría para muchos jóvenes. Tengo tristeza porque también se les trunca a muchos la puerta de una carrera deportiva.

Tengo tristeza porque nuestra sociedad no está reaccionando apropiadamente ante la escalada de crimen y violencia. Unos despotrican contra los jueces garantistas, otros creen que se trata de poner penas más largas y muchos insisten en que es un problema de “percepción”.

¿Cómo convencer a muchos de que estamos perdiendo nuestra sociedad? No digo que tiempos pasados eran mejores, pero cuando era pequeño no había rejas en las casas, se veían los jardines, los vecinos cuidaban unos de otros, los crímenes eran hurtos, se podía caminar por la calle, llegar en la noche, las puertas de las casas se abrían en las mañanas y se quedaban abiertas (uno entraba diciendo “upe” esperando que alguien lo oyera y lo atendiera), no se usaban alambradas eléctricas o de navaja y no había necesidad de seguridad privada.

El Estado nuestro se concentra en mil cosas alejadas de sus propósitos principales, se distrae. Muchos de nuestros pensadores eluden el tema. El Poder Judicial no da abasto (menos con los juicios de meses y años que tiene que tramitar).

¿Podremos hacer algo?

miércoles, 19 de agosto de 2009

Perspectiva
Columna de los miércoles en La Prensa Libre

Por Federico Malavassi

El pasado 12 de agosto, por iniciativa de la Facultad de Arquitectura de la UACA, se celebró una mesa redonda bajo el nombre de “La Red Vial de Costa Rica”. Me solicitaron hacer de moderador.

Se inició a las 7 de la noche y se estimaba que su desarrollo se prolongaría más allá del partido de la Selección. Estuvo tan impresionante y profunda que no sentí para nada haberme perdido el partido. No obstante, el marcador fue peor … nos va más mal en el este asunto de la red vial que la goleada que se llevó la Selección.

Don Rodolfo Méndez envió una jugosa ponencia (no pudo retornar al país a tiempo para la actividad), don Rodolfo Silva hizo gala de su conocimiento y don Eduardo Brenes se lució presentando el plan del PRUGRAM.

Sin embargo, las conclusiones son terribles: no hay planificación, se ha perdido la cultura de ejecución, hay que invertir mucho más de lo que ahora se invierte (al menos 333 millones de dólares más por año, durante más de diez años, para apenas empatar), fue fatal que los ministros de Hacienda regatearan los dineros que por ley eran para carreteras, en el ámbito municipal la cosa está mejor, con la estructura actual del MOPT no vamos para ninguna parte, cuando se hace algo hay mil reparos legales y morales que hacer.

La impresión es que todos quienes creíamos que al otro lado había alguien pensando y programando, con un plan para enfrentar el asunto, estábamos muy equivocados. La platina no es más que un ejemplo …

Quizás lo más trágico es que aún no se ha empezado a pensar en una solución integral. Hay algunos esfuerzos del CONAVI y un plan del PRUGRAM, pero es obvio que del dicho al hecho media gran trecho.

La pura verdad es que después de oír a los expositores y a alguna gente del público que aprovechó la actividad y apertura para aportar información, no nos importó el resultado del partido de la Sele.

Mucho más importante es tomar conciencia de cómo están las cosas públicas, de cómo se gasta el presupuesto nacional, de cuánto daño han hecho algunos a nuestro país y de cuán necesitado está de acciones directas, claras, pensadas y bien planeadas.

Insisto en que cada pueblo tiene el gobierno que se merece. Especifico más: cada pueblo tiene las acciones u omisiones públicas que se merece. Porque nos hacemos los indiferentes ante las cosas serias, ignoramos las llamadas de atención, votamos por quienes hacen lo que no deben y nos aburren las personas que toman los temas públicos con sistema y honestidad.
Asimismo, porque no prestamos atención al mal manejo de los dineros públicos, a la falta de sistema de la administración pública y nos dejamos seducir por los cantos de sirenas.

miércoles, 12 de agosto de 2009

¿ALCANZARÁ LA PLATA PARA LAS PENSIONES?

Perspectiva
Columna de los miércoles en La Prensa Libre
Por Federico Malavassi

¡Qué tirada! Y justo ando con la edad (52) del límite entre quienes parece que van a tener problemas y los que no.

Pues bien, la información es que la Supen no ve sustentable el régimen de pensiones de la CCSS. Las noticias son contradictorias, pues por una parte se habla de subir las cuotas y por otra el Presidente Ejecutivo de la CCSS sale a refutar la aparente crisis del régimen.

IVM es el régimen de invalidad, vejez y muerte. Se supone que a fuerza de cotizar (cuota tripartita: trabajador, patrono y Estado) habrá una jubilación o pensión si sobreviene el evento relevante (invalidez o incapacidad, edad y condición para jubilarse o muerte, para gracia de los parientes que se hallen en situación de beneficiarios).

Pero ¡qué vaina si la plata no alcanza! Por un lado, se presume que hay un cálculo actuarial razonable que permite tomar el dinero, capitalizarlo y luego repartirlo. El cálculo matemático se basará en muchas circunstancias: edad de retiro, inflación, siniestralidad (para determinar pensiones por incapacidad), expectativa de vida, rendimiento del dinero, salud de las personas y salud del fondo. Por otro lado, hay muchas cosas criticables: el régimen es trampeable y muchos aumentan sus cotizaciones de salida (incluso hay centros de trabajo alcahuetas) para salir con el máximo posible, ello se debe a que las prestaciones no resultan del acumulado real sino que se constituye un derecho a partir de un tiempo seleccionado. Ello produce injusticias (diferencias de ingresos cuando ya no se trabaja, originadas en una forma de otorgamiento y no en una cotización real).

Por otro lado, el fondo depende de la buena colocación de los dineros percibidos (seguridad e interés). Si hay desórdenes, la cosa no andará bien.

El Estado ha sido deudor complicado y, además, causante de la inflación. ¡Qué torta! Algunos se zafan mediante regímenes especiales y ello marca diferencias apreciables.

La cosa es que si Dios da salud y trabajo, pues a mí no me importa trabajar hasta el final de mi vida. Supongo que muchos pensarán igual. Pero la cuestión es que las pensiones juveniles y los regímenes privilegiados le quitan a uno el impulso. Asimismo, las abismales diferencias que a veces se dan mediante maniobras o privilegios.

Porque si en lugar de salud y trabajo le sobreviene a uno enfermedad e incapacidad, entonces si estamos feos. Ponerse en la fila de las cinco mil cirugías atrasadas del Calderón Guardia y que además no le alcance la plata a la CCSS para la pensión sí que sería una desgracia. Porque sin plata y sin salud, estaría uno sin opción. ¡Qué triste!

¿Arregló las cosas la Ley de Protección al Trabajador o no? Que no me vengan con el cuento que además estoy entre los que tienen que cotizar más y recibirán menos.

miércoles, 5 de agosto de 2009

FILAS PARA CIRUGÍA …

Perspectiva
Columna de los miércoles en La Prensa Libre
Por Federico Malavassi


Aclaración: no pretendo cerrar la CCSS ni sus hospitales; tampoco ofender a quienes laboran en la CCSS, simplemente hacer un llamado de atención.

En días pasados, un importante medio daba cuenta de que “Un grupo de 5.000 pacientes hace fila en el hospital Calderón Guardia para ser operados por padecimientos que, en muchos casos, pueden cobrar sus vidas.”

Esta información tiene que ser impresionante y llamar a acciones importantes y determinantes.

De paso, además, la información (muy conocida por muchos y muy sufrida por otros) da cuenta del déficit de camas, personal y tiempo en general.

A ello debe sumarse un par de asuntos: que la cuestión territorial parece ser una norma pétrea en los hospitales de la CCSS (hace poco, a un amigo que sufría fractura expuesta por atropello, lo remitieron del San Juan de Dios al Calderón Guardia sin importar el drama humano ni la emergencia) y que cada vez que la Sala Constitucional acoge un amparo para poner a alguien adelante en la fila, podría estar cometiendo una seria injusticia y evidentemente echa a todos para atrás.

Me pregunto si será un tema de administración general (la CCSS) u hospitalaria. Me pregunto si faltará flexibilidad para incorporar al sistema todo lo que el sector privado puede aportar (médico de empresa, consulta privada, exámenes, farmacia e incluso, ¿por qué no?, algo parecido al antiguo sistema de “pensión” en los hospitales de la JPS).

El precitado rechazo de un paciente con fractura expuesta (una emergencia) por parte del San Juan de Dios, para que fuera remitido al Calderón Guardia, podría estar señalando algo más grave: ¿hay crisis en los otros hospitales? ¿Hay también grandes filas de espera? ¿Falta de solidaridad entre hospitales de un mismo sistema?

Por supuesto, como también indica la información, hay situaciones mucho más complejas (combinación de exámenes con posibles intervenciones quirúrgicas posteriores, biopsias) y se corre el riesgo de llegar a la indiferencia por estar viviendo en esta clase de clima.

A veces me pregunto si el desvío de algunos conceptos originales (el Seguro Social habría de ser, en lo elemental un tema de seguros médicos) y la conversión de los hospitales de la CCSS en el sistema hospitalario nacional (al cual se le quiere imputar toda obligación: sida, medicamentos, atención de no asegurados, atención de quienes cometen actos ilícitos y resultan inimputables) tiene poco o mucho que ver con la crisis que se comenta.

Si además, algunos aprovechan para ser depredadores del sistema y ensuciarlo con la corrupción, entonces hay poca esperanza.