miércoles, 27 de mayo de 2009

¿UNO POR MOTO?

Perspectiva
Columna de los miércoles en La Prensa Libre
Por Federico Malavassi

Ha aparecido en un proyecto de ley una inmensa amenaza para los motociclistas. Se trata de la ocurrencia de que solo pueda viajar una persona por moto.

El pretexto es la seguridad (al parecer, algunos pasajeros de motocicleta han sido asaltantes o delincuentes). Así surgen las ocurrencias …

Hace algunos años, la madre de una víctima de un serio asalto andaba promoviendo la prohibición para los cascos (de motociclista) cerrados y con vicera (porque no se podía identificar al agresor).

También hace algunos años otro legislador había tenido la misma idea de prohibir viajar acompañado en motocicleta, con el afán de impedir actos delictivos.

Realmente, tales iniciativas evidencian que algunas personas están fuera de la realidad. ¿Cuántos son los actos delictivos que se realizan por pasajeros de una motocicleta? ¿Es necesario andar acompañado para incurrir en un delito? Por supuesto que no hay estadística. De haberla, mostraría el enorme error en que se incurre con tal propuesta.

La mayor parte de los motociclistas son como la mayor parte de los costarricenses: gente de trabajo. La mayor parte de ellos usa su motocicleta como instrumento de trabajo y para desplazarse. Muchos de ellos no pueden siquiera aspirar a comprarse un automóvil, por ello usan la moto para viajar con su esposa, su novia, sus amigos o sus hijos.

La prohibición de que viaje más de uno por motocicleta sería una solemne barbaridad. Cercenaría el derecho a la libre circulación de muchos, impediría el desplazamiento de gente humilde, conculcaría una libertad esencial.

En Colombia, por ejemplo, han optado por exigir a los viajantes de moto que porte un chaleco en el cual esté bien visible el número de placa del vehículo. Aunque se trata de una norma que generaliza la prevención, al menos permite seguir ejerciendo el derecho (un tanto mediatizado).

Los maleantes usan moto, bicicleta, automóvil, avioneta y helicóptero. También usan celular, otros tipos de radiocomunicación y la Internet. Utilizan dinero, vuelos comerciales y muchos servicios profesionales. ¿Vamos a prohibir el uso de todo?

Los pobres motociclistas sufren atropellos, maltrato de la policía de tránsito, incomprensión de los demás conductores, el lamentable caos de nuestra red de carreteras y el irracional estado de la estructura pública; constantemente caen por causa de manchas de aceite, obstáculos, perros y otras imprevisiones. ¿Ahora tampoco podrán montar en su moto a su novia, a su esposa, a su amigo o a sus parientes?

Líbrenos Dios de este tipo de ideas.

miércoles, 20 de mayo de 2009

LA SEDE DEL PODER LEGISLATIVO

Perspectiva
Columna de los miércoles en La Prensa Libre
Por Federico Malavassi

La Prensa y la acuciosidad de algunos diputados ha revelado un trato confidencial (¿secreto?) entre el Directorio (supongo) de la Asamblea Legislativa y el BCIE (¡otra vez! ¿recuerdan el tema de las consultorías) para que este Banco se encargue de construir la nueve sede de la Asamblea e incluso compre lo que tenga que comprar (propiedades).

La actual sede de la Asamblea Legislativa es inapropiada. De esto no puede haber duda. La construcción era, originalmente, para Casa Presidencial. Cuando se estableció el Banco Central se decidió venderle la edificación del Congreso para que se estableciera allí. El Banco Central se fijó en el centro de San José, pero la Asamblea se fue a Cuesta de Moras.

Se han invertido miles de millones de colones en parches, arreglos, mantenimiento y crecimiento. Todo ello sin adecuada planificación y coleccionando edificaciones vecinas (antiguos colegios, antiguos supermercados, la Casa Rosada, el Castillo Azul y hasta un edificio de apartamentos que ha tenido que ser desocupado).

Ello ha significado una colección de oficinas en que nada va con nada. Asimismo, desigualdad a la hora de asignar recursos y gran dificultad para modernizar las instalaciones y promover el uso de nuevas tecnologías. Hay goteras, cañería defectuosa, problemas de contaminación, peligro de incendio e instalaciones que no cumplen los preceptos legales. Paradójicamente, el edificio de la Asamblea no pasaría un examen de la Ley No. 7600 de 29 de mayo de 1996 (relativa a la Igualdad de Oportunidades para las Personas con Discapacidad).

La democracia tiene un costo (la representación es indispensable, la deliberación y la discusión son esenciales) y es menester sufragarlo. El examen de las cosas públicas y el control políticos, principales en una República, requieren fondos. Se sabe (salvo para quienes no entienden la división de poderes) que el Poder Legislativo es el primero (luego del propio pueblo) y que debe tener una casa digna, apropiada y útil.

Sin embargo, la construcción de la casa del congreso, de la sede del parlamento, de la edificación de la Asamblea Legislativa, debería tener un procedimiento democrático ejemplar, constituirse en un caso de contratación administrativa transparente y eficiente y ser modelo de una buena manera de hacer las cosas. En tan importante proyecto deberían tener participación todas las voces (incluso las que objetan el gasto) y habría de cuidarse de que sea una muestra de trabajo en equipo.

La Contraloría es un órgano auxiliar de la Asamblea Legislativa en la vigilancia de la Hacienda Pública, que no se convierta en un auxiliar del Directorio para una paradoja de contratación.

El edificio del primer poder de la República debería encarnar, desde su gestión valores y principios democráticos, republicanos y ciudadanos. No debe ser jamás un caso de secretismo ni caso de escándalo.

miércoles, 13 de mayo de 2009

COOPEGUARO

Perspectiva
Columna de los miércoles en La Prensa Libre

Por Federico Malavassi

Con ese nombre bautizó la gente el “affaire” del grupo de dirigentes y políticos relacionados con una cantina y una cooperativa autogestionaria.

Quizás el caso despertó mucho interés por la relación: un grupo de dirigentes (incluyendo diputados y ex) del PLN con una cantina en cooperativa autogestionaria.

Sin embargo, no parece ser el caso más grande ni el de contenido más interesante.

Por ley hay que pasar al cooperativismo un porcentaje (10%) de la ganancia de los bancos estatales. Hace como un año, don Carlos Fernández, Gerente entonces del BCR llamaba la atención sobre el hecho de que la Banca estatal había transferido (subsidiado) a las cooperativas con la suma de 7,600 (siete mil seiscientos) millones de colones.

La organización cooperativa lo ve como una “redistribución solidaria de las utilidades de la banca”. El tema es que sumas similares o equivalentes se giran año tras año. ¿Dónde están?

No dudo que me contestarán que tales fondos están “democratizando el crédito”, “democratizando la propiedad”, “redistribuyendo solidaridad” y unos cuantos eufemismos más. ¿Desaparecidos? ¿Redistribuidos? ¿Por quién?

Con que facilidad unos encuentran organización cooperativa, crédito y negocio (¡autogestionario!) y cuánta dificultad tienen otros para salir adelante. Es de suponer que algunos tendrán problemas para traspasar negocios, patentes, uso de suelo, estudio de impacto ambiental en tanto que otros … crédito y abundancia.

¿Con cuántos miles de millones de colones se ha estado subsidiando la gestión cooperativa? No hay pago de renta y hay subsidio. ¡Claro que se puede usar la organización para fomentar diputaciones … las cuales, luego, no tendrán interés en investigar el uso de fondos … ni cuestionar las transferencias … ni nada de lo que sucede.

Don Alberto Cañas ha estado discrepando con don Fernando Díez acerca de cómo incorporar el vocablo con que se conoce en los países nórdicos el témpano de hielo (que si iceberg, que aiceberg, que si …). Se dice que un “iceberg” solo muestra por encima del mar una treceava parte de su tamaño (o sea, que hay doce partes que no se ven: la mayor parte del volumen, por mucho). Estoy seguro que este asunto del subsidio al cooperativismo es como un “iceberg”: lo que ha aparecido es menos de 1/13 del volumen del asunto.

Recuerdo que en la Comisión del Paquete Tributario los dirigentes de este movimiento pactaron echarle los impuestos a los demás. El paquete contenía unas “reformitas” que algunos dirigentes querían (y no tenían nada que ver con el paquete …).

miércoles, 6 de mayo de 2009

EL DISCURSO DEL PRESIDENTE

Perspectiva
Columna de los miércoles en La Prensa Libre
Por Federico Malavassi

Seguí con atención los sucesos del primero de mayo pasado en la Asamblea Legislativa.

Debo reconocer que el discurso y mensaje del Presidente de la República, don Oscar Arias, estuvo bueno. Bueno porque resultó acorde con las previsiones constitucionales. Era un informe y mensaje a la Nación a través de sus representantes. Asimismo, redactado en las formas a que nos tiene acostumbrados el actual Presidente: una metáfora que va informando y proponiendo.

Además, constitucionalmente correcto porque fue hecho con respeto y con las formas adecuadas: corto, al grano y sus asesores no incurrieron en el mal gusto y violación constitucional en que incurrieron los de los anteriores.

Hay que recordar que durante el mensaje de los anteriores Presidentes, sus asesores tomaban la transmisión maestra originada en la Asamblea y la contaminaban al gusto de la Casa Presidencial. Con ello desnaturalizaban la actividad, hacían demagogia y proselitismo y convertían el mensaje en un documental. Un monumental abuso y una absoluta falta de respeto a la Asamblea Legislativa.

Hay que tomar cuenta de que se trata de un sometimiento republicano a la indagación pública y no un acto de promoción presidencial. Es una actividad constitucional que en otras partes del mundo constituye el informe del estado de la Nación. Por ende, el Parlamento se erige como el poder prevaleciente para analizar, indagar, sopesar y rendir cuentas.

Quizás no todos tengamos el mismo punto de vista, pero es menester reconocer que el Presidente Arias no abusó del tiempo para imponer el suyo, hizo gala de una figura retórica elegante y fue generoso con el público, además de –reitero—respetuoso del marco constitucional.

Me extrañó, eso sí, el exceso del Presidente de la Asamblea Legislativa. Su entrega total e incondicional al discurso presidencial no me pareció apropiada, no creo que sea oportuna y no me parece pertinente. Asimismo, no estimo que el mensaje presidencial requiera de muletas ni vientos que inflen sus velas.

Lo correcto es que se abra un debate legislativo, serio y amplio, y no que el Presidente de la Asamblea aproveche la ocasión para glosar lo que no necesita glosa.

¿Qué pasaría si el Presidente del Legislativo fuera de otro signo, enemigo o adversario político del Presidente de la República? ¿Verdad que sería inapropiado, grotesco e inoportuno que se rajara a llevarle la contra y a comentar con sorna su contenido? Pues bien, considero que si no es sabio contestarlo para apuntalar un lado, tampoco lo es para empujar en el otro sentido.

Queda dicho.