miércoles, 23 de diciembre de 2009

NAVIDAD Y CRISTIANISMO

Perspectiva
Columna de los miércoles en La Prensa Libre

Por Federico Malavassi

Ciertamente, algunas cosas son secundarias: el árbol, el exceso de luces, la confusión a que nos llevan los regalos y presentes, por supuesto que el abuso de la fiesta (el borrachera y demás compañeros) y hasta las discusiones por el origen de la fecha.

Al final, termina por perderse o esconderse el sentido de la Navidad. El regalo que nos ha dado Dios, nuestra participación en ello y el significado de Cristo en nuestras vidas.

Muchos, al final, hacen una “Navidad” sin Jesús. Con regalos, licores, fiesta, luces y carnaval, menos lo principal.

El cristianismo debe desembocar en una cultura, una forma de vida, una ideología y amor. Todo ello habría de reflejarse en una transformación de la sociedad.

Algunas veces los “aires navideños”, la música y hasta los olores a ciprés ayudan a impulsar la meditación y el espíritu. En ese sentido son buenos.

No obstante, hay que situar en el centro a Jesús: su camino, su verdad, su vida, su palabra y su amor. El Evangelio no es solo un camino al cielo, es también una forma de vida que nos ayuda a pasarla mejor en la tierra y, muy importante, a que quienes nos rodean también la pasen mejor.

La “humildad”, por ejemplo, además de ponernos en buen camino, nos hace sufrir menos, llevarnos menos golpes y frustraciones y, asimismo, construir una mejor relación con los demás.

Lo mismo podemos decir del “perdón”. Nos hace mejores candidatos a la salvación, mejores personas aquí y socialmente más apreciables.

El cristianismo ha dejado su gran huella en nuestra civilización. Más aún, todavía es una civilización esencialmente cristiana. Desdichadamente, muchos no lo quieren ver y más bien lo combaten.

En Italia han eliminado los crucifijos de las escuelas, en España se han dolido de la canonización de los mártires que murieron durante la Guerra Civil, en nuestro país quieren sacar a Dios de la Constitución. ¿De dónde vienen los conceptos de humanidad, dignidad humana y trascendencia personal que dan origen a nuestra civilización?

Aunque no parezca, estos son temas para reflexionar en las Navidades. Es el tiempo apropiado para profundizar en la Venida de Jesús, en el Cristianismo, en los basamentos de nuestra civilización. Es el tiempo para pensar en quiénes somos y cuánto debemos a Jesús. ¡Feliz Navidad!

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