miércoles, 18 de noviembre de 2009

PROPUESTA PARA INGENIERÍA DE TRÁNSITO

Perspectiva
Columna de los miércoles en La Prensa Libre
Por Federico Malavassi

El asunto es fácil de ejecutar. Resulta que buena parte de las presas y accidentes de tránsito se originan en los atascos que resultan de las paradas de autobuses.

Muchos conductores requieren ir a mayor velocidad que la que va el bus, necesitan pasarle adelante cuando para que los usuarios aborden o bajen y, entonces, empiezan los sufrimientos: intentan adelantar y no hay adecuada visibilidad, o la cantidad e intensidad del tráfico no lo permite, o se la juegan y vienen los accidentes.

Estimo que en muchas carreteras, más que una ampliación se requiere una buena administración del espacio. Ello pasa por situar adecuadamente las “paradas” de autobús y construir, asimismo, dispensaderos o bahías para que el autobús no estorbe en la carretera mientras los pasajeros suben o bajan.

De esta manera, más que construir nuevos carriles, se pueden aprovechar mejor las carreteras existentes. En algunos lugares es tan fácil como cambiar la ubicación de la parada (en un parque o lugar que permita sacar al bus del carril de circulación o permitir que otros vehículos sigan circulando), en otras partes y con la colaboración de los centros comerciales, diseñando bahías e infraestructura adecuada para que la parada quede fuera de la carretera.

El resultado ha de ser que los demás vehículos puedan circular mientras el autobús se detiene, de manera que no se originen presas, embotellamientos, atrasos y accidentes.

Por supuesto que el meollo del asunto consiste en que los choferes de los buses cumplan con la señalización (en el Gimnasio Nacional y en Plaza del Sol es obvio que no lo hacen) y que no se abusen con el tiempo que tardan, que no hagan paradas espontáneas y respeten es espíritu de norma al respecto. Quizás estarían mejor los inspectores cuidando estos detalles que reprimiendo la restricción vehicular.

Incluso podría ser aceptable que el reingreso del autobús tenga prioridad sobre el vehículo que circula (es preferible a soportar la presa). Esto, claro está, mediando los avisos y señales adecuadas.

Sería mejor administración de las pocas carreteras para un uso más racional y adecuado.

Por cierto, cuando era niño observaba que algunas veces los buses de pueblos y zonas alejadas paraban uno a la par del otro y los conductores se pasaban recados, botellas de café, periódicos, menudo para cambio, cambio de cobrador y hasta cargas y encomiendas. Lo que me impresiona es ver eso todavía y, para colmo, no necesariamente en el campo sino en medio de la ciudad.

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