miércoles, 28 de octubre de 2009

RENUNCIA TARDÍA

Perspectiva
Columna de los miércoles en La Prensa Libre
Por Federico Malavassi

Así calificó el diputado Quirós la renuncia de la ministra de Obras Públicas y Transportes, presentada tres días después de que colapsó el puente que unía Orotina y Turrubares, cobrando varias vidas humanas.

Subraya el diputado que la ministra tenía “una enorme cantidad de errores políticos”.

Es un hecho que alguien tiene que asumir la responsabilidad y, políticamente, esta toma la forma de renuncia. En un gobierno parlamentaria quizás habría caído el gabinete entero. El asunto es sumamente serio y es una de las dimensiones que quienes incursionan en el ámbito político generalmente no meditan: asumir responsabilidades y obligaciones.

El MOPT es un ministerio inmenso, una administración crecida y desordenada. Hace algunos años se le hizo una auditoría cuyo costo se arrimaba a los mil millones de colones. Se le han hecho reformas administrativas para enfrentar un objeto administrativo enorme y asimétrico: CONAVI, Consejo Nacional de Concesiones, impuesto sobre los combustibles para infraestructura vial, Concesión de obra pública y demás especias. Aún así, la cosa no avanza.

Más bien se ha hecho un gran enredo (empleados pasan a consultores para ganar más y en dólares y la administración “corriente” queda como vacía) pero el déficit administrativo aumenta. ¡No ha sido posible que la administración entregue un ejemplar válido del contrato con Riteve! No hay modo de entender lo que pasa con los aeropuertos. Se le ha dado un trato especial al concesionario de la obra San José-Caldera y más bien se suspendió arbitrariamente a la entidad supervisora. Se insistió en una reforma a la ley de tránsito pero apareció llena de errores y la ministra propuso suspender la ley mediante un decreto (siendo abogada). El caso de la platina resultó de antología. Por eso se califica de tardía la renuncia.

Muy lamentable y triste el suceso del puente Orotina-Turrubares, pero un ejemplo de cómo funcionan algunas administraciones públicas costarricenses. Por un lado toda la pompa, los motores y la fórmula uno, el palacio (leyes y publicidad) y los grandes contratos pero … por el otro, la abulia, la postración administrativa, la incapacidad de prevenir y arreglar, la falta de mantenimiento, la imposibilidad de cambiar un puente 7 años después de que ya están la piezas listas, el olvido de que se trata de vidas humanas. Toda la prepotencia en la frustrante e inconstitucional restricción vehicular y la ausencia de vigilancia y prevención en un humilde camino regional.


Los impuestos y el costo de la administración pública se pagan para que nos sirva, para que nos haga, para que nos permita; y no para que nos asuste, nos mande y nos reprima.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola Federico,
Agregaría que los impuestos se pagan...no para que se nos muera la gente!
Saludos, bendiciones siempre Ana