miércoles, 11 de febrero de 2009

EL NEGOCIO DE LA POBREZA

Perspectiva
Columna de los miércoles en La Prensa Libre
Por Federico Malavassi

Se ha repetido y demostrado hasta la saciedad que el mejor remedio contra la pobreza es la creación de riqueza. Es evidente que las sociedades abiertas, libres y con buena economía generan más riqueza.

Sin embargo, hay muchas razones para no erradicar la pobreza. La principal de ellas es que la lucha contra la pobreza llega a ser un gran negocio.

Congresos, encuentros internacionales, seminarios, talleres, cátedras universitarias, instituciones autónomas, políticas y difusión, agencias de publicidad son apenas algunas de las actividades que pueden financiarse con pretexto de la pobreza.

Los subcapítulos son infinitos: vivienda, erradicación de tugurios, nutrición, salud, desintegración familiar, becas, ayudas y quién sabe cuántas vetas más pueden tener lugar en estas cruzadas.

El escenario se completa con el tema del clientelismo político. Hay que convencer a unos y a otros. A unos de que sus desgracias son causadas por los otros y a los otros de que es mejor una sociedad asistencialista que garantice el status quo.

¿Cuántos bonos de vivienda se han entregado en nuestro país? Pero el problema de vivienda no se acaba, más bien se agrava. ¡Ilusos quienes quieran acabarlo! Se acabarían las donaciones, los negocios de la vivienda, las contrataciones multitudinarias, la influencia política, el carnaval del acordeón, la hechura de imagen y los almuerzos.

Eso de que cada uno pueda salir de la pobreza con su propio esfuerzo es de mal gusto. Sin inauguración, sin fomento de las relaciones institucionales, sin agradecimiento al político, sin promoción de las líneas de crédito, sin consultorías para estudiar el asunto y … sin almuerzo.

Además, si cada quien resuelve su problema, no habría nada que agradecer a todos los que han hecho de la acción social del Estado una vocación. Sería como matar la gallina de los huevos de oro. Ya no habría qué ofrecer en las campañas, ya no habría qué poner en los programas de gobierno, ya no habría pretexto para quedarse con un bocado fiscal, se pueden acabar las comisiones (coimas, mordidas o chorizos) y no habría pretexto para una serie de actividades … ni almuerzos.

Algunas veces hay meteduras de pata que deberían servir para repensar las cosas. Los juegos con el tipo de cambio, los rendimientos decrecientes (pérdidas) de fondos de pensiones de cotización obligatoria, que las pensiones del régimen no contributivo sean casi iguales a las de quienes sí contribuyeron y … por supuesto, cierta clase de almuerzos.


No hay que quedarse en la anécdota ni en la indignación con el tema inmediato, hay que ir a las causas: hemos permitido hacer de la pobreza un gran negocio.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Estimado señor Malavassi, no quiero quitarle mucho tiempo por lo tanto voy directo al punto.

Me parece que este artículo no demuestra la brillantez de su persona, empezando por la primera frase, el primer error del discurso. Una de mis ocupaciones es la realización de discursos y la corrección de los mismos por lo tanto no quisiera regalar mi trabajo corrigiendo el suyo (que sería una labor importante) sólo quisiera que me explicara porque si la creación de riqueza es la mejor forma de subsanar la pobreza por que razón siendo este mundo el más rico en la historia tenemos cifras de pobreza tan altas, porque el fracaso del consenso de Washington la instrucciones de la CEPAL entre muchos otros?entiendo perfectamente su tesis de la riqueza que genera la ayuda a la pobreza, la pregunta ahora sería: si quitaramos el negocio alguien se interesaría por hacer algo al respecto?las cifras de pobrezaz disminuirían o al contrario?. Me encantaría saber su opinión al respecto. También me gustaría saber que piensa su línea partidaria acerca de imponer correos electronicos no deseados con su mensaje liberal pro no imposición..curiosa anotación verdad?!
Gracias

Anónimo dijo...

Hola Don Federico
Estoy bastante de acuerdo con usted respecto a la posicion frente a los grandes gastos y oportunismos en la lucha por erradicar la pobreza. Es un punto valido. Sin embargo, me parece tan estupido que un buen funcionario publico renuncie a su cargo por que se gasto 600 mil pesos en un almuerzo. Si el mismo esta devolviendom el dinero. Es que acaso no podemos cometer errores.
Me parece que si medimos el desarrollo de un pais y los verdaderos logros que se han obtenido (por ejemplo los miles de costarricenses que si se han visto beneficiados por un bono) yt los comparamos con un gasto de un almuerzo de 600 mil colones no tiene sentido. Mi punto es que si ellos quisieron gastar ese dinero en esa reunion , eso no va afectar el presupuesto nacional. Si de verdad estan haciendo las cosas bastante bien, me parece ilogico crucificarlos por un almuerzo. Que si la ministra tomo vino o no, que estupidez mas enorme por Dios.
Es que acaso no tienen los periodistas otros temas de verdadera importancia que atender.
Si se tomo una copita de vino, que lance l;a primera piedra el diputado o misnistro o alto ejecutivo que no lo ha hecho.
saludos y bendiciones
Jose Araujo

Anónimo dijo...

Don José:

Yo creo que la política, aunque no es perfecta, tiene que ser transparente. El actuar de don Ennio deja mucho que desear. Para usted seiscientos mil colones no es mucho, pero así se empieza, luego son millones los que se quieren extraer de las arcas del Estado. Resulta muy sencillo reintegrar el dinero una vez que se armó el escándalo. La labor periodística es denunciar los hechos que ocurren en la sociedad, especialmente en la política, así que su crítica a la prensa me parece injusta.

Don Federico:

Usted dice que "eso de que cada uno pueda salir de la pobreza con su propio esfuerzo es de mal gusto". Entonces, como uno de los líderes del Movimiento Libertario, ¿estaría de acuerdo en eliminar los programas sociales existentes, como la adjudicación del bono de vivienda? Más allá de quitar las restricciones al comercio, ¿qué solución al tema de la pobreza ofrece usted como partidario del Movimiento Libertario? Saludos.

Joanna Nelson Ulloa.