miércoles, 24 de diciembre de 2008

DON OSCAR Y LA LEY DE TRÁNSITO

Perspectiva
Columna de los miércoles en La Prensa Libre
Por Federico Malavassi

El Presidente de la República ha intentado una nueva Teoría del Derecho. La idea de que el buen ciudadano no tiene que preocuparse por la irracionalidad de la ley.

En cambio, el sistema y método de los Derechos Humanos, el Estado de Derecho y el sistema republicano nos dicen todo lo contrario: lo que afecta a uno debe afectar a todos.

El ser humano no es perfecto, es perfectible. Puede cometer errores y fallas, puede incumplir la ley y puede cometer infracciones. Dios, nuestro Dios, se ha esmerado en enviar infinitos mensajes sobre el perdón y el alegrón que significa que una oveja perdida sea hallada.

De tal manera, uno debe pensar en una ley como si se la fuesen a aplicar a uno, a a su hijo o a un ser querido o importante.

Generalizar, como irracionalmente se plantea, que solo los delincuentes serían los infractores (perogrullada o falacia) es una irracionalidad. Cualquier estudiante de Derecho puede distinguir el dolo (intención de incurrir en una conducta ilícita con conciencia) de la culpa (incumplimiento formal de deberes).

Me preocupa muchísimo cómo el Estado esconde sus fallas en ausencia de normas. Pero más me duele que quienes se supone son amantes del Estado de Derecho y de la racionalidad caigan en la trampa.

Descubría hace algunos años que el Ministerio concernido hace más publicidad que obras. Asimismo, me percaté de que esconde sus fracasos en inmensas campañas de publicidad que a nada llevan. Se confabula en regatear al contribuyente su aporte y desviarlo hacia otras cosas, malgastarlo, dilapidarlo e incluso subejecutarlo.

Los costarricenses hemos pagado carreteras y obras de primera. El dinero aportado con sacrificio y esfuerzo es real y verdadero, contante y sonante. La contraprestación, en cambio, ha sido un verdadero engaño.

Impuestos de ruedo que no implican mejoras, impuesto sobre combustibles que únicamente encarece la vida, carreteras que duran decenios en ver la realidad, planes viales que no terminarán de ejecutarse, inspecciones que serán estorbadas para que no estiren el dedo acusador y funcionarios que presionan a la Asamblea Legislativa para que el pueblo crea que hacen algo.

Cuando quieran, como quieran y donde quieran se lo demuestro.

Pero no me vengan ahora con que jueces y funcionarios no sancionarán a los ciudadanos comunes. ¡Achará que no hubo debate legislativo!

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