miércoles, 15 de octubre de 2008

LA CULPA DEL ESTADIO NACIONAL

Perspectiva
Columna de los miércoles en La Prensa Libre
Por Federico Malavassi

Tirios y troyanos han salido a condenar en voz mayoritaria la gestión que han hecho Guido Sáenz y otros ciudadanos solicitando un Recurso de Amparo contra la construcción del nuevo Estadio Nacional en La Sabana.

Lo primero que hay que subrayar es que si la gestión llega a tener éxito, o sea, si se acoge el Recurso de Amparo y el estadio no se construye en La Sabana, la responsabilidad no es de los recurrentes sino de las autoridades públicas que irrespetaron normativa vigente. Tampoco habrá que echarle culpa a la Sala Constitucional, su deber es restaurar el derecho lesionado por acción pública.

Si la gestión llega a tener éxito, entonces significaría que el estadio no podía hacerse en La Sabana porque hay un impedimento jurídico.

Está mal hecho azuzar a la gente contra los recurrentes. Ellos no tienen la culpa de un mal actuar de las autoridades públicas. Cuando hay derechos constitucionales de por medio, no importa la opinión de la mayoría, porque los derechos fundamentales no se rifan ni se disponen por preferencias mayoritarias.

Si, eventualmente, nos quedáramos sin Inés y sin el retrato (o sea, sin Estadio viejo, ya botado, y sin el nuevo, aún sin construir), la responsabilidad sería de quienes dispusieron botarlo y de quienes habían elegido mal el sitio para hacerlo.

No creo que haya sido condición china el situarlo en La Sabana. En tal caso, sería una condición inaceptable si resulta que La Sabana está bajo el efecto de normas que impidieran allí su construcción. El error y responsabilidad sería de quienes aceptaron la condición y previeron las circunstancias.

Evidentemente no se trata de una sustitución de edificación. El Estado ha sido complicado para los ciudadanos. Permisos, autorizaciones, estudios de impacto ambiental, imposibilidad de remodelar o de volver a construir en donde había cosas antes. ¿Por qué quiere tener un trato distinto cuando a él le toca edificar? ¡No se vale! La salsa que es buena para el ganso lo debe ser para la gansa.

Algunos pensábamos que no debía botarse la vieja estructura. Hubiera sido más ganancia quedar con dos estadios. Pero alguien (no los recurrentes) fueron pertinaces en botar el antiguo.

Me consta y puedo dar fe como notario público, que los recurrentes hicieron mil advertencias y llamadas de atención previas y con tiempo suficiente. No están sacándose un as de la manga ni lo hacen ahora por mortificar o molestar al Presidente.

Nuestra sociedad se gobierna por normas, que son para todos. Si están cansados algunos por su falta de pericia para administrar lo público, más estamos los demás de medidas improvisadas, secreteadas, mal ejecutadas y perjudiciales.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Buenas tarde don Federico:

No concuerdo con usted, ni en el comentario ni en la perspectiva.

Es justificar que porque algo no me guste, aunque no me afecte, pero puedo encontrarle el "error" o la argucia legal, entonces interpongo un recurso de amparo y "me vale un pepino" el sentir y el querer del resto.

Que sea inconstitucional o no, es un asunto que como usted bien lo dice corresponderá resolver a la Sala, pero..

Que a todas luces, es un acto contrario a querer y entender del pueblo, también está claro.

y el que usted pueda dar fe pública de que hicieron las advertencias del caso, de nada, ABSOLUTAMENTE DE NADA, nos sirve ahora, si nos vamos a quedar "sin Inés y sin la foto".

Gracias

Anónimo dijo...

Me parece muy adecuado y correcto, muchas gracias.

Claudio G. Kepfer Hernandez
cedula 1-450-999 .

NJ - EEUU -

Anónimo dijo...

Buen comentario el suyo, Federico, el de La Prensa Libre de hoy. Y aprovecho para enviarle mi respuesta a un grupo de fanáticos sobre el mismo tema.

Saludos.

Adrián
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Este mensaje me llegó enviado por alguien y he sentido válido mi derecho de contestarlo. En primer lugar, fui y sigo siendo partidario del SI y vivo en Garabito de Puntarenas (muy alejado del estadio nacional; pero viví muchos años cerca de él).

En primer lugar, los estadios futbolísticos son para usufructo de grupos fanáticos o deportivos profesionalmente que no aportan nada al PIB y que se consideran con privilegios que debe satisfacerles gratuitamente el Estado. Me explico, son los equipos de futbol profesional los que utilizarán el estadio y, de vez en cuando, algunos participantes de otras disciplinas; pero no el deportista amateur. También se usan para eventos faranduleros. Jamás los utiliza el pueblo en general, ni tampoco se usan para la promoción de las Grandes Artes. Para mí y para muchos a quienes conozco, los estadios son dispensables. La opción es que el área toda se unifique con el resto para el disfrute familiar o deportivo aficionado: zonas de césped, árboles, espacios para caminar o correr, etc.

Los que gustan de ver partidos de fútbol pagando la entrada tienen muchas otras opciones y, en todo caso, son participantes inactivos. No pueden asumir que la satisfacción de su preferencia está por encima de las de los demás.

Hay otro punto importante: el estadio, con los problemas de ruido, desmanes, robos y aparcamiento de vehículos representan un problema para los vecinos quienes tienen todo el derecho de reclamar, tarde u oportunamente (los derechos a reclamar o interponer recursos son irrenunciables y no prescriben hasta que alguna ley lo prescriba así, ergo no lleva razón quien cuestiona que no sea hasta ahora que se reclame: ese punto es intrascendente e inválido porque yo reclamo cuando quiera siempre y cuando sea de recibo mi reclamo). ¿No reclamarían UDS. si ese problema lo tuvieran en su vecindad semanalmente?

Pero hay otro punto, el más importante de todos: la sabana es el pulmón de la capital y su destino es para el disfrute genérico, no parcial. Sospecho que a muchos de UDS. les importa un pito que esa construcción afecte el derecho de las generaciones futuras a mantener saludable ese espacio en términos ecológicos… sin importar que durante muchos años asentara a un estadio ya derruido. Y, por supuesto, la ley protege ese objetivo.

Muchos de mis amigos, conocidos y familiares –incluyéndome yo- consideramos que el estadio es nocivo y no debe construirse ahí. Y no por considerarlo así somos enemigos de Oscar Árias, o lo hacemos "para joder", o somos "cabrones".

Quienes realmente pretenden "joder" a Costa Rica son aquellos que consideran un derecho exclusivo para ellos el que el Estado les satisfaga su improductivo deseo de contar con un estadio a expensas de otros grupos y del sistema ecológico que representa la Sabana.

Reitero que no soy vecino de la Sabana, pero reconozco que ellos también tienen todo el derecho de hacer respetar su tranquilidad, su paz, su convivencia con el entorno, su seguridad. ¿Acaso quienes quieren un estadio no lo hacen por sus propios intereses? ¿O es que UDS. sí lo hacen por principios altruistas y de solidaridad con los más necesitados?

Y, bueno es decirlo ahora, Costa Rica es de todos y para todos. Las reclamaciones y la preservación de derechos se dirimen en las instituciones legales correspondientes. Somos un país de derechos. Quienes reclaman y los que atienden las reclamaciones de cualquier tipo no son "otro montón de especies raras que habitan este querido país", como irrespetuosamente se les ha llamado aquí.

Para mí la construcción del estadio es un absurdo discriminador, impertinente y perjudicial. Hay muchas otras reales e ingentes necesidades que pueden satisfacerse con ese dinero. Pero no soy yo quien debe definir si mi criterio debe imponerse sobre otros que discrepan conmigo. Para eso existe el mecanismo de la Sala Constitucional. Y si la Sala decide que la construcción es válida, pues yo respetaré esa decisión y respetaré, como lo he hecho hasta ahora, el criterio de quienes me contradicen.

Buenas noches,

Adrián Rodríguez Solórzano

Anónimo dijo...

Excelente comentario y en total acuerdo con su perspectiva. Tengo 20 años de laborar en la función pública, he sido asesor legal de varios ministros, de viceministros y de oficiales mayores y hasta en casa presidencial llegué a laborar, y puedo dar fe de primera mano que la improvisación es pan de cada día en sus actuaciones.

Una vez me dijo un ministro es que aquí no se puede despedir a nadie, al final el traslado fui yo, porque le dije que la culpa de que las cosas no se hicieran bien las tenían los políticos, al vago y al mediocre los premian quitándoles trabajo, no tomándolos en cuenta, porque no sirven para nada, los mandan hasta un mes de vacaciones porque nadie los extraña, al buen trabajador lo recargan de trabajo, lo hacen trabajar después de la hora de salida sin pagarle horas extra y al final termina haciendo el trabajo del vago o del mediocre, sin ninguna recompensa por ello. Claro que se puede despedir a cualquiera, lo que pasa es que el procedimiento de despido los molesta y como hacen las cosas a golpe de tambor, la sala se trae abajo muchos de esos despidos.

Lo cierto del caso es que si, se advirtió a tiempo que el estadio "regalado" no podía construirse en La Sabana, son otros los culpables de tratar de hacerlo.

Atentamente.

Lic. Mario Quirós Madden

Anónimo dijo...

Federico:

Excelente comentario, centrado, justo, basado en la historia y la legalidad, y despojado de la pasión.

Existen varios sitios disponibles, uno virtualmente sin costo, disponibles para hacer un Estadio.

Cualquier de ellos implicaría más ejercicio para los aficionados, quizás cubrir distancias de dos a cuatro kilómetros por persona, lo que le haría mucho bien a la situación nutricional del país que es deplorable.

Además, cualquier solución alterna a la del sitio viejo, significaría más congestión, más hacinamiento, más chusma atraída al lugar.

Con la crisis energética, más vehículos podrían quedarse estacionados en hogares o sitios céntricos, favoreciendo también el ejercicio y el transporte pública.

Finalmente, mucha gente de lugares alejados (el área metropolitana) preferiría mirar los eventos por TV, dando oportunidad a otras urbes para visitar el nuevo Estudio

Saludos,

Leonardo Mata

Anónimo dijo...

LEI CON MUCHO GUSTO SU ARTICULO EN LA PRENSA LIBRE DEL DIA DE HOY, Y LE DOY TODA LA RAZON., SIN EMBARGO SI EL ESTADIO NO SE LOGRA HACER, PUEDE USTED ESTAR SEGURO QUE ANTE LA HISTORIA, EL MALO DE LA PELICULA SERA DON GUIDO SAENZ Y COMPAÑIA, PUES LA CIUDADANIA NO LES PERDONARA ESA INTROMISION.