miércoles, 17 de septiembre de 2008

"SE LOS DIJE" (SIC)

Perspectiva
Columna de los miércoles en La Prensa Libre
Por Federico Malavassi

En realidad, de acuerdo con las reglas del castellano, la expresión correcta es “se lo dije” (a ustedes o a ellos).

Pues ahora resulta que la última de las leyes complementarias del TLC podría no estar aprobada a tiempo. La Sala Constitucional ha detectado un vicio de forma, ineludible, por no haber hecho una consulta sobre el contenido de una moción o precepto adicionado a una ley. Otro tratado nos obligaba a ello y se desatendieron las voces del diputado Merino clamando por ello.

No costaba hacerlo. Nada se perdía. Pero … a veces sigue imperando aquello de que “pa`eso tenemos mayoría”.

Dice el diputado Merino que “se los dije” (sic). Y le creo. Porque durante el período constitucional anterior me cansé de lo mismo. Se los (sic) dije una y otra vez. Con esperanza y con ánimo de corrección fraterna, con furia y con vehemencia, con explicaciones y con ironía, pero … aún no aprenden.

Varias veces la Sala Constitucional les enmendó la plana. Varias veces tuvieron que oírme recordándoles su error y negociando fórmulas y procedimientos para subsanar su error.

Ahora todo se juntó. El Poder Judicial tenía que lavarse la cara y el vicio era de procedimiento o de forma. El atraso no es culpa de Merino, ni del tratado que protege los intereses de los pueblos indígenas, tampoco es de la Sala Constitucional ni de los diputados que acusaron el vicio … el atraso y el riesgo de perder el TLC tienen su origen en la soberbia y la arrogancia de quienes creen que la mayoría lo puede todo, que no valen los procedimientos y que el fin justifica los medios. ¡La jarana les brincó en la cara!

Es que algunas veces el poder embriaga y entonces los débiles de espíritu se transforman. Olvidan las formas, olvidan las normas, olvidan que el poder es pasajero, olvidan la Constitución Política, olvidan el Derecho, olvidan que no están solos y … como dijo Lord Acton, se corrompen.

Algunas veces será el negocio de la corporación arrocera, otras podrá ser el tema de la la ley de la violencia contra la mujer, unas más el ansia tributaria que los anima y ahora el necesario TLC, y de pronto nos percatamos que han perdido las proporciones y el sentido de las cosas y que solo les interesa pasar por encima. ¡Por dicha existe la Sala Constitucional! En los viejos tiempos no habría habido posibilidad de enmienda.

Por eso me repugnan los que quieren cambiar el reglamento de la Asamblea, porque quieren prohijar los atropellos y las mayorías angurrientas, son obsecuentes con la falta de cuidado en la protección de las minorías y se olvidan que los gobernantes son simples depositarios del poder, no sus dueños.

Me duele que se haya usado plata de la GTZ con tan peligroso ánimo. Por dicha el tema de las consultorías los retrató en grupo.

Unos han dicho que la Sala Cuarta no deja gobernar y otros la atacan maliciosamente. ¿Qué sería sin ella?

No hay comentarios: