Columna de los miércoles en La Prensa Libre
Por Federico Malavassi

El problema es complejo y serio. Ya hace muchos años decía un policía que ni los borrachos eran como los de antes. Ahora hay drogas, bandas, organización criminal, cohecho y armas. Ya no se trata del viejo merodeador que robaba algunos nísperos, ni de los “rafles” que tenían dedos de seda.
No hay que entrar en desesperación ni en histerias. La verdad es que –como siempre--, lo más importante es analizar, reflexionar y adoptar decisiones meditadas y ampliamente discutidas.
Algunos hablan de endurecer o alargar las penas, pero apenas empiezan a hablar dejan ver que no tienen la menor idea de qué es un sistema penal. Otros quieren manos fuertes, quitarle el trapo de la cara a los delincuentes y hacer registros públicos, pero al igual que los otros, no tienen la menor idea de por dónde anda la jurisprudencia constitucional y los principios generales del Derecho procesal penal.
Por supuesto que también abundan los domingos siete, los que creen que hay que cobrar más impuestos y allí radica el principio de la solución.
En los últimos días, el Fiscal General ha abierto un par de cartas en el complicado juego. Un artículo relativo a cómo, entiende él, la justicia de los Estados Unidos tuvo que expedientes alternativos para conseguir la condena de connotados criminales (Al Capone y Luciano). Explica, justifica o propone, no termino de entender, que habrá que hacer lo mismo. Paralelamente, reclama a los diputados haber separado el proyecto de reformas penales, posponiendo o quitando la parte relativa al crimen organizado.
El Fiscal General ha mostrado valor y constancia en su propósito. Sin embargo, sus dos cartas descubiertas requieren respuesta clara y precisa de la sociedad.
No hay que entrar en desesperación ni en histerias. La verdad es que –como siempre--, lo más importante es analizar, reflexionar y adoptar decisiones meditadas y ampliamente discutidas.
Algunos hablan de endurecer o alargar las penas, pero apenas empiezan a hablar dejan ver que no tienen la menor idea de qué es un sistema penal. Otros quieren manos fuertes, quitarle el trapo de la cara a los delincuentes y hacer registros públicos, pero al igual que los otros, no tienen la menor idea de por dónde anda la jurisprudencia constitucional y los principios generales del Derecho procesal penal.
Por supuesto que también abundan los domingos siete, los que creen que hay que cobrar más impuestos y allí radica el principio de la solución.
En los últimos días, el Fiscal General ha abierto un par de cartas en el complicado juego. Un artículo relativo a cómo, entiende él, la justicia de los Estados Unidos tuvo que expedientes alternativos para conseguir la condena de connotados criminales (Al Capone y Luciano). Explica, justifica o propone, no termino de entender, que habrá que hacer lo mismo. Paralelamente, reclama a los diputados haber separado el proyecto de reformas penales, posponiendo o quitando la parte relativa al crimen organizado.
El Fiscal General ha mostrado valor y constancia en su propósito. Sin embargo, sus dos cartas descubiertas requieren respuesta clara y precisa de la sociedad.
No nos podemos hacer los tontos respecto de sus dos propuestas. Ninguna respuesta será fácil, todo tiene consecuencias.
1 comentario:
Muito obrigado por escrito. Espera que continue a visitas.
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