miércoles, 6 de agosto de 2008

ATENCIÓN A LOS SÍNTOMAS

Perspectiva
Columna de los miércoles en La Prensa Libre
Por Federico Malavassi

Los sucesos que se dieron en el ya desdichamente famoso concierto frustrado de Los Pericos en la Universidad Latina son sumamente ilustrativos.

El domingo pasado, en una cantina (“Sin Fronteras”) de San José, ahí por La Castellana, sucedió que el cantinero no quiso vender más licor a un grupo que estaba pasado de tragos y desencadenó con ello unas reacciones inauditas.

Es cierto que los organizadores del frustrado concierto debieron hacer sido más previsores. También es cierto que quizás no supieron reaccionar ante la cantidad de gente que se hizo presente y no podía entrar. Su responsabilidad al respecto está por dilucidarse en las respectivas vías.

Sin embargo, es claro que no hay justificación alguna para lo que pasó con algunos de los frustrados asistentes. Como gamberros, algunos de ellos la emprendieron en actos vandálicos contra las instalaciones de la Universidad y algunos comercios de San Pedro. La verdad es que ello deja mucho que desear y no hay excusa racional alguna para justificar tales desafueros.

No faltará quien alegue inhabilidad policial y posiblemente hasta provocación. Pero la pura verdad es que, de ser cierta tal hipótesis, tampoco justifica los actos de barbarie que se perpetraron.

Algo parecido sucedió el domingo en la cantidad indicada. Al comunicar el cantinero (con respaldo en la ley, más bien en cumplimiento de la ley) que no podía seguir vendiendo licor a quienes estaban pasados de tragos, el grupo la emprendió contra él y contra el local, armando una riña. Al final, tiraron al cantinero por la alcantarilla.

Reacciones violentas e injustificadas. En nada van con un pueblo que presume educación, cultura y desarrollo.

Soy incondicional de los derechos humanos y de las libertades públicas, pero me parece que hay ineficiencia jurídica en estos casos. Asimismo, no se extrañen de que luego resultemos dando vivienda de interés social a las familias de quienes realizan tales desafueros, costarricenses o no.

No reniego de la Sala Constitucional ni de los derechos que protege y tutela, pero a veces siento que se descontextualizan algunas resoluciones que parecen sumarse al clima de inseguridad y desorden que parece imperar.

No me gusta la “mano blanca”, ni los escuadrones de la muerte ni los vengadores y demás yerbas, pero me parece que el sistema jurídico debe tener una aceptable eficacia. Los delitos deben ser penados, las penas deben ser cumplidas, el sistema no debe privilegiar a quienes cometen desafueros.

Hace unas semanas, alentados en la huelga de educadores que les atrasó en su aprendizaje, unos colegiales que no querían que hubiera exámenes de Bachillerato terminaron apedreando un local del Ministerio de Educación en pleno San José. Las autoridades de educación se hicieron de la vista gorda a pesar de que los daños fueron cuantiosos y el ejemplo espantoso.

¿Será que cuentan más los votos que el orden? ¿Será que interesan más las asesorías que la eficacia jurídica? ¿Será como una … extorsión?

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