miércoles, 16 de abril de 2008

AGENDA DE SEGURIDAD

Perspectiva
Columna de los miércoles en La Prensa Libre
Por Federico Malavassi

A no dudarlo, el tema de seguridad (ciudadana) constituye uno de los de mayor interés de la gente en Costa Rica.

La cosa se ha venido descomponiendo poco a poco y llegado a extremos insufribles, inaguantables, inaceptables.

Muchas causas pueden apuntarse y muchos momentos señalables, desde que con gran alcahuetería se permitió el tráfico de armas para favorecer el alzamiento sandinista hasta el aprovechamiento del concepto de “bagatela” para no perseguir institucionalmente algunos delitos considerados de “poca monta”, desde la ineficacia que muestran algunas áreas de la administración pública hasta la internacionalización de algunas actividades delictivas.

Y así podemos seguir. Es como un dique que se ha roto, parece imposible detener la ola de delincuencia. Mis hijos han sido asaltados en reiteradas ocasiones, mi casa ha sido objeto de robo y de la cochera me han robado un vehículo. Hasta de mi Despacho, cuando era diputado, hurtaron papeles y documentación que luego aparecieron en manos de otro diputado.

Son incontables los casos de desfalcos y apropiaciones, administraciones fraudulentas y estafas. En muchas partes se venden impunemente objetos que claramente son producto de entrada clandestina al país (¿contrabando?).

Hay toda una industria de topadores. Supuestas casas de empeño que abren 24 horas (¿a quién se le ocurre?), empresas exportadoras que compran el cable por el que mueren adictos e indigentes y que significan un estado cuasicaótico. Algunos de estos asuntos no deberían requerir más que un poco de aplicación policial y administrativa.

Pero es que hay como una ola de problemas. El Estado inventó el CAT y luego tuvo que procesar a un montón de gente que defraudó al Fisco con tales abonos tributarios. Un par de ex presidentes están siendo juzgados por actos que no son tan legítimos. Dos grandes administraciones públicas -“emblemáticas”, como se dice ahora- el ICE y la CCSS fueron objeto de escandalosos asuntos (préstamo finlandés y Alcatel), sin escarbar mucho más.

La asignación de soluciones de vivienda y de parcelas del IDA muchas veces venía precedida de la invasión de tierras (precarios) y situaciones parecidas.

Ahora la gente está ansiosa y quiere respuestas. Los adláteres de Pacheco mentían diciendo que era un tema de impuestos. Ahora se ha demostrado que no es así.

Muchos quieren tranquilizarse pidiendo más represión y aumento de penas. No ven que no se cumplen las que ahora rigen y no se preguntan el porqué.

El Ejecutivo plantea un proyecto represor y más bien limita la posesión legítima de armas (nadie sabía que allí estaba el problema) y amenaza con aumentar las escuchas telefónicas (un remedio casi peor que la enfermedad).

La Asamblea, para no ser menos, se compromete a hacer más (¿más leyes? pero si eso no es lo que falta). ¿Por qué no hace más control político? ¿Por qué no exige información para resolver? ¿Por qué no averigua por qué la administración penitencia varía el año carcelario sin intervención del juez ejecutor de la pena?No se trata de reactividad sino de inteligencia…

1 comentario:

Unknown dijo...

Quisiera agregar una perspectiva muy personal sobre el problema de seguridad en Costa Rica, en vista de que poseo experienca en el campo y a lo largo de mi trabajo he logrado ver la inoperancia de las leyes en cuanto a las sanciones que se imponen a quienes delinquen más no asì hacia quien "topa" los articulos robados, que a mi parecer la ley debe ser mas inquisitiva por llamarlo asì hacia estas personas pues si bien el que roba no solo lo hace por el simple hecho de obtener algo que no tiene, sino lo hace para obtener dinero o droga a cambio del "trueque" o venta de lo robado, tan asì que un topador de Curridabat en uno de los últimos allanamientos a su casa se ocuparon de más de tres camiones para sacar mercaderìa robada de su casa, no obstante a la fecha esta persona tiene ahora un "negocio lícito" de "Compra y venta" con patente y todo en el centro de San José, entonces como es la cosa lo que antes hacia en su casa de forma ílicita, ahora lo hace amparado en una patente comercial pero haciendo el mismo daño. Resumiendo el que roba lo hace porque es un negocio ya que hay gente que compra lo robado no solo topadores identificados sino gente común que no le importa a sabiendas de que lo que compran es robado, por lo que considero que la ley deberìa ser más energica contra este tipo de "gente" que fomenta el robo y la delincuencia agresiva (asaltos para robar celulares, bajonazos de vehículos. En fin todo circula en torno a los topadores y muchas veces el delito tipificado es una mera receptaciòn que no mira todo lo que esto trae de cola..........