miércoles, 20 de febrero de 2008

LOS CARMONA DE CHILILLAL

Perspectiva
Columna de los miércoles en La Prensa Libre
Por Federico Malavassi

Allá, en lo más alto de las montañas de Heredia, casi al final de la calle Chilillal de Concepción de San Isidro de Heredia, están los Carmona. Como dos kilómetros para arriba del Estadio de Concepción. Por un momento siente uno que el tiempo no ha pasado. Cuando se mandó el aviso de que algunos de los carros no pudieron subir la primera parte de la cuesta, les enviaron la carreta.

Primero buscar los bueyes, luego enyugarlos, llevarlos al sitio donde está la carreta, unir el timón al yugo y entonces empezar a bajar por los que quedaban.

¡Hacía tantos años que no veía la operación completa! Me acordé de Lalo Mesén, cuando jalábamos en carreta el cafecillo que sacaba mi abuelo Bernardo de su pedacillo en Río Azul. La carreta avanzaba despacio con la carga. El Tiribí no tenía puente, se vadeaba y Lalo aprovechaba para mojarse la cabeza y peinarse, para entrar por San Diego y entregar el café en el Beneficio Castro. ¡Por supuesto que no había pista a Cartago! Así, en la actualidad y en carreta, los Carmona trabajan todos los días y sacan la madera de su finca. Ciprés sembrado por ellos. Su extracción no necesita permiso (no es especie nativa). Viven en una vieja casa que hicieron ellos mismos, unida con una galera. Allí hay un fogón para ocasiones especiales, sobre el fogón hierve el ollón. Nada menos que “olla`e carne” y, como dijo uno de ellos “ahora es un verdadero lujo”. La cosa promete …Llegaron los vecinos y demás invitados, como a la una de la tarde se rezó el Rosario del Niño (a alguna gente trabajadora la agarra la Cuaresma, pero es imperdonable quitar el Portal sin Rosario). Siguiendo la tradición, aunque sea Domingo se rezan los misterios gozosos.

El coro de Coopeasamblea tiene que lucirse, si hasta nos adelantaron el rompope para entonar…Y salió todo bien… Shirley resultó muy buena rezadora, el coro cantó bien y los asistentes le pusieron devoción. Han llegado para reforzar la atención las esposas, hijas y sobrinas. Traguito, más rompope, olla de carne (¡con todo!) y sabrosa conversación. Los perros quieren participar, los más jóvenes quieren ver la yunta, tocar los bueyes e indagar más cosas. Pegadito, allí mismo, tienen todos los instrumentos de trabajo. El viento refresca la casa, rodeada de hortensias y cipreses.

Abundan las anécdotas y las preguntas. ¿Hace frío en la noche? ¿A qué hora se levantan? Y hay respuesta tranquila y lógica a todo. Normalmente pasan el día a puro cafecito, dejan el almuerzo para el final de la jornada. Y nos llegó la hora del café. Por supuesto con pancito dulce. ¡Cómo decir que no!Hacemos el compromiso, hay que cantar la misa de un aniversario más de la construcción de la gruta de la Virgen de Lourdes, ahorita en el mes de mayo. ¡¿Cómo no volver, si no queremos irnos …?!

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