miércoles, 12 de noviembre de 2008

EN DEFENSA DE LOS DIPUTADOS

Perspectiva
Columna de los miércoles en La Prensa Libre
Por Federico Malavassi

Los diputados tienen una salario inferior al del Presidente de la República, inferior al de los Ministros e inferior al de los magistrados (de la Corte Suprema de Justicia).

No obstante, ellos constituyen el primer poder de la República.

Su salario resulta más pequeño que el de la mayoría de los Presidentes de las instituciones autónomas e, igualmente, menor al del Contralor General de la República (aunque se trate de un órgano –que no ente- adscrito a la propia Asamblea).

La gente (y buena parte de los formadores de opinión) no entiende que forman parte del gobierno de la República. Ello por cuanto son demasiados quienes creen que únicamente el Presidente de la República es gobierno.

El Poder Ejecutivo, que debía haber tenido disminuido su poder luego de la Asamblea Constituyente, se erigió en lo que algunos han llamado “Presidencia imperial” a raíz de la combinación de legislación y normativa de entes autónomos (previsiones constitucionales y leyes de presidencias ejecutivas y las del “cuatro-tres”).

En algún momento el Poder Ejecutivo tenía un poder increíble en un Estado republicano: era dueño del crédito nacional, de la política de viviendas, de la comercialización de los derivados del petróleo, de las políticas monetarias, influía en toda la contratación pública y era el jerarca del mayor empleador nacional, para apenas mencionar algunas cosas.

No es de extrañar que algunos miembros del Poder Ejecutivo aprovecharan la información privilegiada para hacer negocios y negociados (hasta sabían con anticipación si iba a cambiar el valor del colón o del dólar respecto del colón). Tampoco sería de extrañar que tuvieran un recaudador que cobrara una especie de comisión sobre los préstamos grandes que hacía el sistema bancario nacional. Tampoco sería raro que tuvieran influencia sobre las expropiaciones y sobre la contratación pública.

Es un hecho, aunque todavía no se da una buena razón para ello, que el Ejecutivo es quien controla las cadenas de radio y TV (en nombre del Estado). Asimismo, es claro que la Administración pública es quien tiene uno de los pasteles publicitarios más grandes en este país. A todos nos quedó evidente que la gestión de Pacheco promovió que un par de medios no recibieran dinero de publicidad de la Administración pública. Solo por ejemplo …

La pauta de la Administración pública es la diferencia entre ser y no ser de algunos medios y de algunos espacios. ¡No nos hagamos los tontos!

Y los diputados. A algunos les resulta incómodo que haya que dar cuentas, explicar, razonar, oír opiniones contrarias y que se dé la deliberación (reflexión) pública de los proyectos de ley.

Si no queda claro, lo vuelvo explicar con tiza y pizarra …

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