Columna de los miércoles en el periódico La Prensa Libre
Por Federico Malavassi
Este año tuvo sus buenas y sus malas.
Terminó y nos ha dejado muchas enseñanzas.
Quizás los dos sucesos políticos más importantes se funden en el referéndum. Se realizó la primera consulta popular de este tipo en la historia de Costa Rica. Al parecer se superó con éxito la prueba y la democracia se ha fortalecido. El objeto del referéndum fue el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos, el famoso TLC. En sí, el TLC implicaba una decisión importante, estratégica y fundamental para nuestra sociedad.
El mismo asunto ha ocupado la mayor parte de la actividad de nuestro poder legislativo. Uno que otro escandalillo, algunas defecciones, pero al final el tema central vuelve a ser el TLC.
Paralelamente, una vez que las autoridades monetarias asumieron el mecanismo de las bandas, ha sucedido algo que para muchos es inexplicable. A pesar de que las pérdidas del Banco Central siguen siendo grandes, a pesar de que el colón sigue en inflación, paradójicamente ha caído la cotización del dólar. ¿Se habrá apreciado el colón? ¿Está valiendo tanto? Este año ha sido testigo de un tema inédito en relación con el tipo de cambio. Termina el año y el misterio sin dilucidar.
Los economistas han empezado a ensayar análisis y propuestas de interpretación, pero el asunto no está nada claro.
El tema de seguridad ciudadana continúa siendo el de mayor preocupación social. Se reporta que muchos costarricenses invertirán en seguridad parte de su aguinaldo. Es increíble lo que se invierte en alarmas, alambre navaja, rejas, servicios de seguridad, artilugios para los vehículos y parece que la ola no se detiene. El jefe del OIJ ha renunciado, al parecer frustrado por la situación. ¿Pueden renunciar los ciudadanos? El asunto se torna complejo: pesquisas, prevención, patrullaje, drogas, sistema penitenciario, justicia penal, sistema judicial. ¿Dónde y cómo empezar? Como siempre, la primera respuesta del Poder Ejecutivo es poner más impuestos. A juzgar por las declaraciones del Ministro de Hacienda, no más está esperando que se supere el conjunto de aprobaciones implicadas por el TLC para proponer un paquetón tributario.
Es vicio viejo. Hasta allí llega la imaginación política.
En la Asamblea queda el conjunto de reformas electorales, matizadas por la cuestión del memorándum “Casas Sánchez”. ¿Habrá voluntad para reformar algo? ¿Convendrá hacer reformas? Dicen los partidarios que Calderón se lanzará nuevamente al ruedo político. Quiere pesar en la política y está cansado de deslealtades. Por allí sugieren que ante las disposiciones del Ministerio Público y los tribunales, Figueres también podría lanzarse, porque le han limpiado la pista. También se dice que los pro TLC pugnan por una candidatura única, frente a lo que avizoran como frente único anti TLC. Es cosa de esperar…
Terminó y nos ha dejado muchas enseñanzas.
Quizás los dos sucesos políticos más importantes se funden en el referéndum. Se realizó la primera consulta popular de este tipo en la historia de Costa Rica. Al parecer se superó con éxito la prueba y la democracia se ha fortalecido. El objeto del referéndum fue el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos, el famoso TLC. En sí, el TLC implicaba una decisión importante, estratégica y fundamental para nuestra sociedad.
El mismo asunto ha ocupado la mayor parte de la actividad de nuestro poder legislativo. Uno que otro escandalillo, algunas defecciones, pero al final el tema central vuelve a ser el TLC.
Paralelamente, una vez que las autoridades monetarias asumieron el mecanismo de las bandas, ha sucedido algo que para muchos es inexplicable. A pesar de que las pérdidas del Banco Central siguen siendo grandes, a pesar de que el colón sigue en inflación, paradójicamente ha caído la cotización del dólar. ¿Se habrá apreciado el colón? ¿Está valiendo tanto? Este año ha sido testigo de un tema inédito en relación con el tipo de cambio. Termina el año y el misterio sin dilucidar.
Los economistas han empezado a ensayar análisis y propuestas de interpretación, pero el asunto no está nada claro.
El tema de seguridad ciudadana continúa siendo el de mayor preocupación social. Se reporta que muchos costarricenses invertirán en seguridad parte de su aguinaldo. Es increíble lo que se invierte en alarmas, alambre navaja, rejas, servicios de seguridad, artilugios para los vehículos y parece que la ola no se detiene. El jefe del OIJ ha renunciado, al parecer frustrado por la situación. ¿Pueden renunciar los ciudadanos? El asunto se torna complejo: pesquisas, prevención, patrullaje, drogas, sistema penitenciario, justicia penal, sistema judicial. ¿Dónde y cómo empezar? Como siempre, la primera respuesta del Poder Ejecutivo es poner más impuestos. A juzgar por las declaraciones del Ministro de Hacienda, no más está esperando que se supere el conjunto de aprobaciones implicadas por el TLC para proponer un paquetón tributario.
Es vicio viejo. Hasta allí llega la imaginación política.
En la Asamblea queda el conjunto de reformas electorales, matizadas por la cuestión del memorándum “Casas Sánchez”. ¿Habrá voluntad para reformar algo? ¿Convendrá hacer reformas? Dicen los partidarios que Calderón se lanzará nuevamente al ruedo político. Quiere pesar en la política y está cansado de deslealtades. Por allí sugieren que ante las disposiciones del Ministerio Público y los tribunales, Figueres también podría lanzarse, porque le han limpiado la pista. También se dice que los pro TLC pugnan por una candidatura única, frente a lo que avizoran como frente único anti TLC. Es cosa de esperar…
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